Estas agencias de Naciones Unidas indicaron en un comunicado conjunto que los agricultores, que huyeron por el conflicto en la región, han perdido tres temporadas consecutivas de siembra, por lo que “la gente se ha quedado casi sin nada para comer” porque, además, la asistencia alimentaria no está cubriendo esa carencia.

Asimismo, señalaron que sólo 400.000 personas de los 3,2 millones que tienen inseguridad alimentaria grave en Kasai recibieron asistencia en diciembre, más de 750.000 siguen desplazadas y alrededor de 630.000 han regresado a sus ciudades, que han sido quemadas, después de haberse escondido en el bosque, por lo que necesitan ayuda para asumir la producción de alimentos. Y más del 90% de las comunidades rurales dependen completamente de la agricultura.

Alexis Bonte, representante interino de la FAO en la República Democrática del Congo, manifestó que “la agricultura es el único medio para ser productivos otra vez” porque “no sólo genera alimentos e ingresos para las familias, también recupera la esperanza, la dignidad y la autosuficiencia”.

ESTADO "CRÍTICO DE LOS NIÑOS"

Por otro lado, la FAO, Unicef y el PMA subrayaron que el estado nutricional de los niños es “especialmente crítico”. “Al menos 400.000 niños menores de cinco años sufren desnutrición aguda grave”, declaró Tajudeen Oyewale, representante en funciones de Unicef en la República Democrática del Congo.

“Podrían morir si no reciben urgentemente apoyo sanitario, nutricional y de agua y saneamiento. La seguridad alimentaria a más largo plazo también debería recuperarse y las prácticas de cuidado y alimentación deben mejorar. Así los niños podrán acceder a la alimentación de calidad que necesitan”, añadió Oyewale.

Naciones Unidas y sus aliados trabajan contrarreloj para alimentar a la población de Kasai, luchar contra la desnutrición entre los niños y fortalecer la capacidad de recuperación, pero las posibilidades juegan en su contra porque la infraestructura resulta ser limitada, la seguridad es pobre y el dinero escasea.

“Hay señales de que los donantes empiezan a responder, pero los recursos son inadecuados para esta escala de sufrimiento humano”, explicó el director de país del PMA en la República Democrática del Congo, Claude Jibidar, quien concluyó: “El Gobierno congoleño y la comunidad internacional deben comprometerse nuevamente con todos los frentes para prevenir una mayor hambruna en Kasai. No hacerlo, inmediatamente y entre todos, significará la muerte de muchas personas”.