Madrid

Málaga amortizará con 100 multas el coste de analizar el ADN de heces caninas como estudia Madrid

- Todos los grupos municipales apoyaron la propuesta en un Ayuntamiento gobernado por el PP

MADRID
SERVIMEDIA

El Ayuntamiento de Málaga paga 21.777 euros a la empresa BBI.BIO, que recoge y analiza genéticamente los excrementos de perros que sus dueños no han recogido de la calle, a los que sanciona con 217 euros, por lo que amortizará con 100 multas la inversión en un sistema que está estudiando introducir el Ayuntamiento de Madrid.

Así se lo indicaron a Servimedia fuentes del Ayuntamiento de Málaga, la ciudad española más poblada que tiene implantado un sistema como el que Carmena avanzó el miércoles en la Junta Municipal de Tetuán y la portavoz del Gobierno, Rita Maestre, confirmó que está en estudio en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno, este jueves.

Según explicaron las fuentes consultadas, todos los grupos municipales malagueños votaron a favor de la iniciativa, en un Ayuntamiento gobernado en minoría por el PP y donde también tienen representación el PSOE, IU, Ahora Málaga y Ciudadanos.

La experiencia en esta ciudad acaba de entrar en vigor el 1 de enero, y de momento se está informando y no sancionando, por lo que todavía no hay datos de recaudación en razón de multas por excrementos depositados en la calle.

Para poner la iniciativa en marcha hubo que modificar la Ordenanza de Protección Animal, con el objeto de incluir la obligación de los propietarios de mascotas de realizar un análisis genético a sus animales llevándolos al veterinario que deseen, una prueba que les cuesta 35 euros de media. El Ayuntamiento bonificó el 100% del coste a los parados y otros ciudadanos en dificultades económicas.

En mayo pasado se abrió el período para realizar estos análisis, con un plazo de seis meses que se amplió hasta finales de diciembre, por lo que los dueños de perros que no lo hayan hecho ya pueden ser multados por ello, además de por los excrementos que no recojan. En ambos casos, la multa es de 217 euros.

El análisis consta de 19 marcadores, y, una vez realizado, el veterinario entrega una tarjeta identificativa al dueño, al perro se le coloca una chapa en la correa y envía también los datos al Registro municipal. De esta forma quedan vinculados los tres implicados.

El procedimiento consiste en que, cuando se denuncia la presencia de un excremento en la calle, un inspector del Área de Sostenibilidad Medioambiental acude al lugar junto a un técnico de la empresa adjudicataria del Servicio Municipal de Vigilancia Sanitario Ambiental, Athisa. El primero levanta acta y el segundo extrae una muestra del excremento, que se deposita después con los correspondientes precintos en el Centro Zoosanitario Municipal. La empresa BBI.BIO la recoge de allí, la analiza, identifica el ADN y busca en el censo genético si existe coincidencia con el de alguno de los perros registrados.

Las fuentes consultadas subrayaron que el registro genético de los perros es útil también para identificar a los que sean abandonados por sus dueños retirándoles el microchip de la oreja, y a los que sean víctimas del tráfico ilegal de mascotas. Una segunda utilidad a la que también se refirió la delegada de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Inés Sabanés, este jueves en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno.

Además de Málaga, otras localidades como Xátiva y varias de la Comunidad de Madrid también han introducido el banco genético de mascotas, pero son de menor tamaño, así que la experiencia de la capital malagueña estos próximos meses puede ser una buena piedra de toque para que el Ayuntamiento presidido por Carmena decida si lo pone en marcha o no. A su vez, la unanimidad de los grupos municipales en Málaga pone difícil a los del PP y Ciudadanos en Madrid oponerse a esta iniciativa en caso de que se concrete.

(SERVIMEDIA)
21 Ene 2018
KRT/gja