El magistrado ha comunicado esta orden a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que deberán proceder a la detención dentro del territorio nacional. Según el juez, este paso es normal cuando se realiza una citación judicial y la persona llamada no comparece ni presenta ningún tipo de justificación de su ausencia en sede judicial.

Sin embargo, Llarena no ha dictado orden internacional del detención, al igual que hizo en el caso de Carles Puigdemont, de manera que la exparlamentaria de la CUP sólo podría ser arrestada si regresa a España.

Gabriel se encuentra en Suiza, desde donde diseña su estrategia de defensa en la causa que investiga el Tribunal Supremo en relación con la declaración unilateral de independencia. El ministerio público pedía que se librara orden internacional de busca y captura para lograr su detención y que esa orden se remita a Interpol y SIS Syrene.

Previamente a la cita orden de busca y captura, la Fiscalía solicita que el magistrado dicte auto de prisión, y “una vez acordada ésta, se proceda en su momento a cursar la orden internacional de detención a los efectos de la posterior demanda extradicional”.

Suiza no es miembro de la UE, por lo que no está acogida al procedimiento de orden europea de detención que rige entre los Estados miembros y que se aplicó en el caso de Puigdemont. El juez español tendría que pedir una orden internacional de extradición que se gestionaría a través de la Interpol. Todo el proceso de detención y entrega podría demorarse durante casi un año.