En un acto político en Zaragoza centrado en la defensa de la familia, Rajoy llamó a agentes sociales y partidos a culminar las negociaciones para materializar un 'Plan integral de conciliación' que el Gobierno no puede imponer pero que considera esencial para avanzar en la igualdad entre mujeres y hombres. En ese sentido, se declaró partidario de que la jornada laboral acabe con carácter general a las seis de la tarde y de que los trabajadores cuenten con una "bolsa de horas" para gestionar asuntos propios.

Rajoy subrayó que la brecha salarial está en mínimos históricos y que en ése y en otros ámbitos "queda mucho por hacer pero no hay muchos que puedan hacerlo", porque hay "muchos que hablan", pero gobernar es tomar decisiones.

Aseguró que el PP se enfrenta "con optimismo" a lo que considera una "mezcla letal" de socialismo y populismo "en sus distintas versiones", con partidos que se dicen de "nueva política" y que, en realidad, solo encarnan "el tacticismo y el oportunismo de toda la vida".

El presidente anunció, en un territorio marcado por esa característica, que la despoblación y la dispersión de la población será un criterio a tener en cuenta en el próximo modelo de financiación autonómica, y se refirió a Cataluña para reiterar su petición de que haya un candidato a la Presidencia de la Generalitat "no involucrado en asuntos judiciales" y que más allá de sus convicciones respete la ley y afirme la vigencia del Estado de Derecho, "porque eso es lo que hace que haya una convivencia ordenada en cualquier parte".