Infancia
Aumentan un 55,1% las agresiones sexuales en la infancia en los últimos cinco años
- El 78,7% de las víctimas son niñas y su edad media es de 12,5 años
- El 2,5% tiene algún tipo de discapacidad
- El 28,3% no denuncia ni tiene intención de hacerlo
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Las agresiones sexuales a menores de edad aumentaron un 55,1% en España en el periodo de tiempo comprendido entre 2019 y 2023. En estos casos, el 78,7% de las víctimas son niñas y su edad media es de 12,5 años; y en el 28,3% de las situaciones no denuncian ni están dispuestas a hacerlo.
Así consta en el estudio ‘Agresión Sexual en Niñas y Adolescentes según su testimonio. Evolución en España (2019-2023)’ que la Fundación ANAR presentó este martes en su sede en Madrid, en un acto en el que estuvieron presentes su director técnico y portavoz, Benjamín Ballesteros; su directora de Líneas de Ayuda, Diana Díaz; y su directora del Departamento Jurídico de Líneas de Ayuda, Sonsoles Bartolomé.
El estudio pone de manifiesto que la Fundación ANAR ayudó a un total de 4.522 menores de edad víctimas de violencia sexual entre enero de 2019 y junio de 2023, un 55,1% más que en 2018 y un 353% más que en 2008.
El 78,7% de las víctimas son niñas y mujeres adolescentes, siendo el índice de feminidad del 401,5%, es decir, que por cada cien varones menores de edad agredidos, se registran 401,5 agresiones en mujeres menores de edad.
Cabe destacar que se produjo un crecimiento del 54,9% en el número de mujeres víctimas de esta lacra entre 2019 y 2022 y del 316,9% en la última década.
El estudio recoge cinco tipos de agresiones sexuales: agresión sexual, que representa el 91,5% de los casos detectados por la Fundación ANAR; ‘grooming’ (3,1%), ‘sexting’ no consentido (2,2%), prostitución (1,9%) y pornografía (1,3%).
Estos datos ponen de manifiesto que la agresión sexual presencial es el tipo de violencia sexual predominante, siendo las mujeres quienes más lo sufren (92,3% frente al 88,4% de los chicos); mientras la pornografía es sufrida más por los varones (5,2% frente al 1,4% de las mujeres).
Este tipo de violencia ocurre a lo largo del año, apreciándose un mayor incremento de las consultas en los meses de mayo y junio; en el caso de las agresiones sexuales presenciales, se observa una incidencia del 12,4% en agosto en las situaciones sufridas por las chicas.
PERFIL DE LA VÍCTIMA
Las víctimas de esta lacra tienen 12,5 años de media (cabe destacar que la edad media aumenta respecto al anterior estudio, cuando se situó en 11,6 años); el 60,8% tiene edades comprendidas entre 13 y 17 años; los varones menores de nueve años lo sufren más que las mujeres; y el 2,5% tiene algún tipo de discapacidad.
En cuanto a su nivel de estudios, el 43,4% cursa Educación Secundaria Obligatoria y un 22,4% Educación Primaria; el 67,6% tiene un nivel de satisfacción escolar medio o bajo; y el 71,3% tiene un rendimiento escolar medio o bajo.
El 40,7% de las víctimas vive con ambos progenitores; el 36,1% reside en hogares monoparentales, especialmente con la madre (31,3%); y el 50,5% tiene un hermano. A su vez, el 58,7% pertenece a familias españolas, especialmente las víctimas menores de diez años, y el 41,3% a familiares migrantes, fundamentalmente las que tienen entre 10 y 12 años.
PERFIL DEL AGRESOR
El 94,3% de los agresores son varones y el 4,8% son mujeres. De ellos, el 78,6% son mayores de edad y el 21,4% menores que, en algunos casos, han sufrido maltrato o agresión sexual.
El 79,5% son conocidos de las víctimas, de los que el 50,3% son familiares; y el 10,1% son reincidentes. Cabe destacar que las niñas y mujeres adolescentes sufren mayor violencia sexual por parte de sus amistades y parejas o exparejas.
En el 72,3% de los casos las agresiones se producen en el entorno familiar y escolar de la víctima, siendo la cada de ésta el escenario donde más se producen (44%), seguido de las casas de su entorno (19,1%) y el entorno escolar (9,2%).
DENUNCIANTES
El 70,3% de las denuncias en los casos de violencia sexual son protagonizados por adultos, especialmente del entorno familiar de las víctimas (75,9%), destacando las madres (68,3%) en este apartado; seguidos de las niñas y adolescentes (29,7%) y de los chicos (21,6%).
Las consecuencias de este tipo de violencia son los siguientes cambios bruscos de conducta y ánimo (23,5%), seguidos de problemas psicológicos (20,8%), conducta autolítica o ideación suicida (9,1%), dolor y molestias (6,7%), síntomas psicosomáticos (6,7%), conductas sexualizadas (5,8%), lesiones físicas (5,2%), rechazo social (3,1%) y repercusión en la vida sexual (2,5%).
Los problemas asociados son de salud mental (68,6%) y violencia contra una niña y/o adolescente (19,8%). Un 70,3% de las niñas y adolescentes víctimas de esta lacra no ha recibido tratamiento psicológico, una cifra que asciende al 79,5% en las que tiene entre 0 y 9 años.
En el 43,9% de las consultas recibidas por la Fundación ANAR ha estado presente la tecnología, especialmente en el segmento comprendido entre las víctimas con edades comprendidas entre 13 y 17 años (52,8%).
En el 50,9% de los casos, la forma de agresión han sido los tocamientos, seguida de la penetración (19,4%), los besos (11,2%), la masturbación (10,1%) y la obligación de realizar o presenciar actos de exhibición sexual (8,4%).
CONTEXTO
El 13,4% de las víctimas había consumido drogas y el 0,9% había sido sometida a sumisión química; en un 9,4% de las situaciones, la violencia sexual se ejerce hacia más de una víctima, siendo la más frecuente la ejercida hacia dos víctimas (59,1%); y el 10,9% de los casos son agresiones múltiples.
En el 11,1% de los casos había violencia de género en el entorno, siendo el agresor el padre o el padrastro el agresor en el 68,9%. En muchas situaciones, las agresiones hacia niñas y adolescentes ejercidas por su padre o padrastro son una forma de violencia vicaria.
En el 63,4% de los casos se aprecian fallos en el entorno social de la víctima, destacando la negligencia (falta de reacción), en el 41,5%, seguido del miedo a la victimización (21,8%), la negación (17,9%), la culpabilización de la víctima (9,8%) y la justificación del agresor (9%).
Cabe destacar que en el 19,4% son los propios profesionales los que no han actuado correctamente con las víctimas.
DENUNCIAS
En el 41,1% de las consultas recibidas por la Fundación ANAR había intención de denunciar; en el 30,5% estaba en proceso de denuncia o el caso se había judicializado; mientras que el 28,3% no ha denunciado ni pretende hacerlo.
Por último, en el 75,3% de las ocasiones la Fundación ANAR ofreció orientación social y jurídica y practicó 25.264 derivaciones, 13.922 desde el Departamento Social y 11.342 desde el Departamento Jurídico. También realizó 1.502 intervenciones, 593 desde el Departamento Social y 909 desde el Departamento Jurídico.
(SERVIMEDIA)
09 Abr 2024
MST/gja