¿Cuál es el motivo por el que SM el Rey te ha concedido esta alta distinción?

Creo que están reconociendo la labor que estoy desarrollando desde hace muchos años en el Grupo Social ONCE, pero también la de todos los compañeros. Cuando llegué a esta profesión hace más de 30 años, ya había mucha gente que estaba abriendo camino en el protocolo de los eventos y yo he aprendido mucho de ellos. Y creo que SM el Rey y la Casa de SM el Rey han querido agradecer el trabajo que se hace por y para las personas con discapacidad, que el mundo de los eventos sea más accesible. En este caso me han distiguido a mí, pero también están reconociendo a todo el movimiento asociativo de la discapacidad cuyo motor de transmisión durante muchos años ha sido la ONCE.

¿Cómo te sentiste en el momento en el que alguien te llama y te dice que el Rey te va reconocer con la Cruz de Oficial de la Orden del Mérito Civil?

Te digo la verdad: al principio creía que era una broma y si te soy sincero, ya me conoces, todavía lo estoy asimilando. Me llamó el jefe de Protocolo de la Casa de SM el Rey y me dijo: “Javier, ¿qué tienes que hacer el día 19 de marzo? Reserva ese día en tu agenda porque el Rey te va a reconocer tus méritos. No es una broma, tú reserva el día, que yo tengo que hacer muchas llamadas”. Reservé ese día y le di las gracias a Curro. Me contestó: “No, las gracias al Rey”. La verdad es que la llamada de teléfono me pilló en medio de otro evento que nunca se me olvidará, en Alcobendas, con mi buen amigo David del Amo. Cuando colgué el teléfono no le dije nada. Podría haber sido la primera persona en enterarse, pero aún no me lo creía. Al día siguiente, me llamó la jefa de la Oficina de Protocolo de la Casa y me confirmaron que sí, que efectivamente era verdad y que era un acto privado del Rey. Éste no iba a aparecer en su agenda oficial, que era un evento en el que SM, a título privado, iba a reconocer los méritos de determinadas personas de la sociedad civil, de la sociedad militar, de su entorno por su lealtad y su buen trabajo hacia la Casa de SM del Rey y, en el fondo, como dijo en su discurso, hacia nuestro país, hacia España.

Llegas al Palacio Real. Recibimiento, reconocimiento y un día inolvidable ¿Cómo se vive esa experiencia? ¿Qué sentiste ese día?

Te puedo decir que es una experiencia que no voy a olvidar nunca, sobre todo por el trato tan cercano y humano que nos ofrecieron desde el guardia real, que estaba acreditando a todas las personas que nos condecoraron, hasta la persona que nos ofreció el café en una dependencia privada del Palacio Real. No me puedo olvidar de los guías de Patrimonio Nacional, que nos hicieron una visita privada al Palacio Real. Ni las tres horas que estuvimos en él. Ahora mismo tengo flashes fotográficos del trato que nos dieron, de la naturalidad con la que nos atendieron, del respeto, de la tremenda cercanía, a pesar del boato y del protocolo que tiene este tipo de audiencia. No podemos olvidar que esto se enmarca dentro de los actos de audiencia que tiene el Rey. Nos contaron que SM tenía audiencias militares privadas en las que estaba reconociendo el trabajo de determinados estamentos de las fuerzas armadas y posteriormente tendría el acto con nosotros.

Entiendo que cada detalle que te cuente es poco. Destacaría el trato humano que constantemente demuestra la Casa de SM el Rey y la Reina cada vez que se juntan con gente como nosotros que, a fin de cuentas, somos ciudadanos de este país que intentamos hacer lo mejor para todos.

En un mundo en el que las redes sociales y la información a través de cualquier medio digital está a la orden del día y todos contamos nuestro día a día a través de ellas, ¿cómo es posible que hayas sido la única persona que no ha contado una experiencia como la que has vivido en tus propias redes?

Bueno, te voy a ser sincero: es que no me gusta nada. Nunca me ha gustado nada la autopromoción y quizá es muy posible que eso me haya pasado factura a nivel profesional, pero no me arrepiento. Nunca me ha gustado ni me gusta el autobombo o la autopromoción. Y por supuesto que entiendo y respeto a las personas que en cuanto les reconocen algo, dan un curso o les dan un premio lo cuenten en las redes sociales. Lo respeto, lo considero, pero eso no va conmigo.

Me han dado este reconocimiento. Lo valoro muchísimo. Pero solo lo ha sabido mi círculo más cercano. Yo en ese aspecto sí que he intentado respetar lo que me dijeron desde Casa Real, que era un evento privado de reconocimiento y que yo podía hacer la publicidad que quisiera. Eso sí, me dijeron, con buen criterio, que sí sacábamos fotos del del evento, como esas fotos eran de Casa Real, dijéramos que las fotos son de la Casa de SM el Rey. Pero es que, de verdad, no cabe en mi cabeza la autopromoción.

Os habéis enterado las personas que realmente aprecio, que son muchas, y creo que también son muchas las que me apreciáis. Y bueno, pues os habéis enterado por mí. Autobombo y autopromoción, cero.

Al final, la noticia ha salido publicada en la 'REVISTA PROTOCOLO' y a raíz de ahí, mucha gente habrá podido pensar: “¿No le ha hecho ilusión?”. Porque el hecho de no contarlo a veces nos da la sensación de que un momento que para el resto de nosotros tendría mucha relevancia ha sido para ti algo que no ha tenido importancia o no te ha supuesto una experiencia tan especial. ¿Puedes entender que la gente pueda llegar a tener esa sensación?

Puede dar esa sensación, pero desde aquí les digo que para nada. No es que no le haya dado importancia, todo lo contrario. Pero es mi forma de ser. No, no voy a cambiar. Es posible que haya muchos que piensen: “Pero bueno, ¿cómo es posible que este muchacho no le dé importancia al hecho de que le haya reconocido SM el Rey, la primera autoridad del Estado y no lo publicita? Pues no. No lo publicito. ¿Que puede ser un error? Lo admito, pero es que me es difícil cambiar. Al final, evidentemente, yo también jugaba, cariñosamente hablando, con el hecho de que sabía que esto tarde o temprano se iba a contar. Si tarde o temprano se va a publicitar, pues, como se suele decir, me voy a dejar querer. Pero no por decir bueno, soy un monstruo y ya me llamarán para hacerme entrevistas. No, no, simplemente pensé: “Cuando salte, pues estoy ahí. Pero si no se hubiera publicado nada, pues no pasaría nada”.

Evidentemente, mi casa en la ONCE, a través de los medios y canales internos, se ha divulgado. Y, por supuesto, sí que tengo que decir que el primer medio que le ha dado publicidad ha sido REVISTA PROTOCOLO. Tengo que agradecer a su director a y ti que hayáis puesto empeño para que esto se publicite. Una de las primeras personas a las que yo llamé, aparte de ti, fue a Juan Luis Fuente. Pero le llamé como amigo, no como director de la REVISTA PROTOCOLO, y él respetó mi decisión. Sin embargo, me dijo: “Javier, si quieres no publicamos nada, pero hombre, creo que es una tontería por tu parte que no lo hagas”.

Para finalizar, me gustaría que nos cuentes, cuando has empezado a recibir, por “culpa” de las publicaciones ajenas, todas esas felicitaciones que rápidamente se han trasladado también a tu teléfono a través de WhatsApp, llamadas… ¿cómo te has sentido cuando la gente se ha volcado para para felicitarte y alegrarse contigo por este momento tan especial?

Te puedo decir que cada mensaje que he recibido de todas esas personas me ha emocionado. Algunas personas me han hecho llorar porque me he acordado de muchas cosas. Porque muchas personas de las que me han felicitado, insisto, ya estaban cuando yo llegué. También de alguna manera, si me permites, me gustaría añadir que ha dado la casualidad de que justo en este ínterin, para mí se nos ha ido un gran referente del protocolo (aparte del famoso Felio Vilarubias), que ha sido Don Tomás Solans, durante muchísimos años el jefe de Protocolo del Gobierno de Aragón. Y es que, ahora mismo veo la fotografía de la primera vez que él me recibió en el Gobierno de Aragón porque en nuestro presidente de entonces de la ONCE iba a ver a Luisa Fernanda Rudi como presidenta. Todo fueron facilidades y cariño. Me trató como a un hijo y me dijo: “Se nota que tú estás empezando en esto, ¿verdad? Pero es que todos empezamos igual”. Esas palabras, Susana, no se me van a olvidar nunca. Porque, ante todo, en esto del protocolo, tú lo sabes igual que yo, hay de todo, como en todas las profesiones, pero hay muy pocos señores, muy poquitos señores y ya no te digo, grandes personas y uno de esos pocos señores y grandes personas es el gran Tomás Solas.