Podemos desacelera en su cuarto aniversario

MADRID
SERVIMEDIA

El partido de Pablo Iglesias cumple cuatro años este mes de enero en los que han pasado por unas elecciones europeas, procesos autonómicos y municipales y dos elecciones generales. Ahora, tras las elecciones en Cataluña y una de las crisis territoriales más graves de los últimos años, la formación morada intenta pasar página y solventar la situación del partido después de que su imagen se esté viendo deteriorada y pase sus horas más bajas.

Podemos nació un mes de enero de hace cuatro años. En concreto, fue el 17 de enero de 2014 cuando un grupo de profesores, activistas e investigadores intentaban abrirse paso en el espectro político. Aquel Pablo Iglesias de los inicios se presentaba como una imagen nueva en la política, capaz de poder llegar a ese grupo de ciudadanos que no estaban contentos con la representatividad parlamentaria.

Ese 2014 fue casi mágico para el partido. Los cinco eurodiputados en el Parlamento Europeo les hicieron soñar con que el cambio podía ser posible más pronto que tarde. Y así lo plasmaron en la celebración del primer congreso de la formación en octubre de 2014. Fue en aquel cónclave cuando el núcleo duro del partido permanecía unido: Carolina Bescansa, Luis Alegre, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón y Pablo Iglesias. Parecía que nada ni nadie les iba a separar.

Pero poco a poco esa ilusión inicial se ha ido desvaneciendo para pasar a una imagen de guerra interna, si bien el segundo cónclave del partido, celebrado en febrero de 2017, evidenció las diferencias entre las corrientes internas de Podemos.

La imagen inicial ya había cambiado. Errejón quiso enfrentar sus tesis a las del secretario general y su fracaso le relegó a un segundo plano dentro del partido. Ahora, busca hacerse fuerte como futuro candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid tras dejar la portavocía del grupo parlamentario en favor de un valor en alza en Podemos: Irene Montero.

Precisamente este sábado el propio Iglesias habló ante los suyos en el Consejo Ciudadano Estatal de la formación para pedirles más reflexión interna y menos debates en los medios de comunicación como uno de los retos a cumplir en este 2018.

Otras de las cosas que ha cambiado sustancialmente en Podemos ha sido su dibujo en las encuestas. Si bien en febrero de 2015 un barómetro del CIS les situaba como segunda fuerza política en estimación de voto, por delante del PSOE, y primero en intención de voto, ahora los últimos sondeos les arrastran hasta el último puesto.

Ya lo anticipó en julio de 2016 el propio Iglesias en una de sus frases más sonadas que pronunció tras la repetición electoral del 26-J: “Puede ser que ganemos las elecciones en cuatro años o puede ser que nos demos una hostia de proporciones bíblicas”. Ahí Iglesias estaba convencido de que podía llegar a gobernar si se ponía de acuerdo con el PSOE, una relación que ya empezaba a desgastarse y que, apenas un año después, estaría completamente rota.

Esto lo evidenció también Iglesias en su discurso de este sábado. Aparcó definitivamente la moción de censura contra Mariano Rajoy y la insistente petición a Pedro Sánchez para que la lidere. Le trasladó al socialista que no quiere esperarle más tiempo, que ya sabe que no quiere echar al jefe del Ejecutivo de La Moncloa y que sabe que los socialistas han renunciado a ser el socio preferente de Podemos.

Iglesias se reivindica ahora, cuatro años después, como el mejor líder para un partido que pasa sus horas más bajas. Nunca lo ha dejado de hacer, pero ahora más que nunca quiere enfatizar este papel. "En los momentos difíciles, algunos piensan en tirar la toalla o que las cosas ya no pueden cambiar. Estoy dispuesto a dar la batalla con la gente que quiere un país mejor" e incluso, dijo en el Consejo Ciudadano de ayer sábado, "a dejarme la piel y la salud".

(SERVIMEDIA)
14 Ene 2018
LDS/man