AUME emitió un comunicado en el que recordó que los militares “tienen prohibido” declararse en huelga, formar parte de una negociación colectiva o manifestarse vistiendo el uniforme y sin autorización.

En cambio, arguyó el colectivo, sí participan en actos públicos o en actos castrenses y se da cuenta de su participación en misiones internacionales, gestión de emergencias o catástrofes.

Esto le sirvió para lamentar que se proyecte una “imagen interesada” de las Fuerzas Armadas “alejada de la realidad que viven y sufren sus miembros”, teniendo su culmen en el acto de la Pascua Militar, “una gran puesta en escena, la gran cortina de humo que oculta una realidad que día a día se torna más grave para el militar, trabajador de la defensa”.

Añadió que esa celebración es utilizada como una excusa para transmitir “buen rollismo” entre los miembros de las Fuerzas Armadas, vanagloriarse de su labor en las misiones internacionales en las que que participan y hablar de los nuevos proyectos de compra y desarrollo de armamento.

A pesar de que se ensalzará la labor de los militares, “esa gran cortina de humo”, según AUME, ocultará la “desastrosa situación” de los miembros de las Fuerzas Armadas, el problema con el reclutamiento o las bajas retribuciones que perciben.

Esta cuestión, la de las retribuciones, es uno de los caballos de batalla de las asociaciones militares a partir del “tremendo agravio” que se está produciendo con el alza de las de los policías y guardias civiles, indica la asociación.

También censuró que la carrera militar comienza a ser un “fiasco” para “miles de militares que ven truncadas sus expectativas de progresión”, debido al “aciago sistema de promoción y ascenso basado en los inexistentes principios de mérito y capacidad” y que se asienta sobre unas “carencias absolutas de transparencia y por el control absoluto del mando sobre dichos procesos, intentando hacer prevalecer la endogamia que ha existido durante las décadas pasadas”.

Por último, reprochó que los militares estén sujetos a una especie de “vasallaje”, en el que el Rey y la Casa Real les “priva” de estar presentes en la Pascua Militar. “Quizá demasiada democracia no quepa en esa casa”, remachó AUME.