“No quiero prejuzgar, pero no es una agresión; lo dijo el propio Ángel, se trataba de un acto de amor”, apreció la titular de la cartera de Justicia en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, donde fue preguntada por la inhibición de la jueza de instrucción en favor del juzgado especializado en violencia sobre la mujer.

“La norma admite interpretaciones, pero hay que tener sensibilidad con los hechos y con lo que ha ocurrido”, señaló la ministra que, no obstante, aseguró que “lo valorarán los jueces y tribunales”.

Por el momento, la inhibición de la jueza será recurrida por la Fiscalía General del Estado al entender que no se dan las circunstancias para juzgar a su marido y colaborador en la muerte de Carrasco, Ángel Hernández, por un caso de violencia de género al no apreciar “dominación” o “desigualdad”.

De hecho, la fiscal delegada contra la violencia sobre la mujer, Pilar Martín Nájera, acusó ayer a la jueza de instrucción de hacer una “valoración sesgada” de las sentencias del Supremo y anunció un recurso.

La ministra, por su parte, reconoció que se trata de una “situación complicada” al existir “distintas interpretaciones de la norma”, aunque sostiene que no existe agresión.

El viudo de María José Carrasco, Ángel Hernández, ayudó a morir a su mujer, enferma de esclerosis múltiple en fase terminal, el pasado 3 de abril. Lo grabó en vídeo para denunciar públicamente que aún no existe una ley que regule la eutanasia en España y en él evidencia cómo Carrasco le pide que acabe con su vida, por lo que él le “presta” sus manos para administrarle el medicamento que, finalmente, le hizo fallecer.