Coincidieron en su diagnóstico los miembros de la dirección de cada una de estas tres organizaciones consultados por Servimedia después de que Díaz destapara todo tipo de conjeturas y reminiscencias del pasado al dejar claro en una entrevista el proyecto de país que pretende construir en caso de ser candidata a la Presidencia del Gobierno del espacio confederal, papel que le dejó encomendado su predecesor, Pablo Iglesias.

“No le voy a poner yo el nombre, no creo que se trate de una suma de partidos ni una suma de egos", estableció, y seguidamente pareció tener muy claro lo arriesgado de su apuesta: “Sé que lo que estoy diciendo puede generar malestar”. Más allá de su referencia a los egos, el rechazo de la ”suma de partidos" recordó mucho al que formuló Carmena en septiembre de 2018 como condición para repetir como candidata de Ahora Madrid a la Alcaldía en las elecciones municipales del año siguiente.

La exregidora, que durante toda la legislatura que comenzó en 2015 advirtió de que, por su edad, no se presentaría a otra, al final aceptó hacerlo siempre que fuera liderando una plataforma independiente de las organizaciones que habían formado Ahora Madrid (Podemos, IU y Ganemos), y donde ella pudiera elegir los primeros puestos de su candidatura entre sus concejales de Gobierno. Esto dejaba fuera desde el principio a los de IU, y pronto Podemos rompió también con Carmena al no aceptar los ediles de este partido verse relegados por otros nombres impuestos por la dirección.

Sin embargo, aquel mal recuerdo, que terminó con el PP en la Alcaldía de Madrid y sin ningún concejal de Podemos ni IU en el Pleno Municipal, no parece hacer temer una secuela en la persona de Yolanda Díaz a los dirigentes consultados de estas dos formaciones y de los Comunes. Todos ellos parten de una certeza: que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo es “el mejor activo” y “la mejor candidata” que tiene el espacio confederal. Y de una constatación: que los órganos competentes de las tres formaciones todavía no han debatido el eventual papel de Díaz como candidata común, y por tanto no se ha adoptado una posición decantada.

TESTIMONIOS

A partir de ahí, una de las fuentes consultadas atestiguó que su partido siempre ha “dicho que Yolanda tiene que tener espacio y tiempo para desarrollar su propuesta”. Y, aunque se declaró segura de que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo “va a ampliar” el espacio confederal a otros sectores políticos y sociales que se han quedado fuera en los últimos años, también dijo estarlo de que “la base de ese proyecto será Unidas Podemos”. Un segundo dirigente precisó que Podemos, aunque Díaz no sea militante, seguirá siendo el núcleo que aportará más diputados.

Desde otra de las tres grandes formaciones que, junto a la recién llegada Alianza Verde, componen este espacio político, uno de los miembros de su dirección destacó de Díaz, no sólo su “enorme y gigantesco capital que va a beneficiar enormemente” al conjunto, sino también que, con ella, “no estamos ante planteamientos similares” a los de Carmena.

“Lo primero, porque tengo claros sus objetivos, pero también porque su ejecutoria en los procesos gallegos en los que ha participado avalan lo que va a lanzar ahora”, argumentó, agregando que, aunque haya que “ajustar cosas” con la novedad del liderazgo de Díaz, en Unidas Podemos “no sobra nadie” y sí “falta gente que se fue o que no se sumó”, a quien ahora se podría incorporar o recuperar. “Lo único de lo que podemos y debemos prescindir es de ruido y enfrentamientos internos”, exhortó, en línea con otra de las frases lapidarias que pronunció ella el jueves: "Como suceda esto o exista ruido es probable que yo me vaya”.

Finalmente, desde el tercero de los componentes de Unidas Podemos se pusieron en valor dos diferencias que distinguen a Díaz de Carmena. El primero, que la primera tiene una profunda cultura política, pues siempre ha sido militante de un partido con tanta conciencia de serlo como el PCE, mientras la exalcaldesa provenía de la judicatura, ajena a todo este mundo al que nunca se terminó de adaptar. Y, el segundo, que ésta última llegó en una edad poco dispuesta a dejarse dominar por jóvenes. En todo caso, auguran, el que Díaz no sea líder de un partido impulsará las sinergias y la integración de Unidas Podemos y acabará dando más importancia a la Mesa Confederal que a las respectivas ejecutivas.