Medio rural y ambiental

Greenpeace expone una ‘manzana envenenada’ gigante frente la Eurocámara como ‘regalo’ a los agricultores

- Advierte de que el abandono de las normas ambientales es “un regalo envenenado” para el campo

MADRID
SERVIMEDIA

Activistas de Greenpeace instalaron este jueves una ‘manzana envenenada’ gigante frente al Parlamento Europeo en Bruselas (Bruselas) para instar a los europarlamentarios a no hacer “un regalo envenenado” a los agricultores con la eliminación de las normas de protección de la naturaleza de la Política Agrícola Común (PAC).

La Eurocámara decide este jueves si vota el plan de la Comisión Europea que elimina requisitos medioambientales que deben cumplir los agricultores para obtener fondos de la UE.

Con más de tres metros de altura y ‘escupiendo’ humo verde, la ‘manzana envenenada’ visibilizó que la reducción de la protección de la naturaleza perjudica a los agricultores, pues la escasez o contaminación del agua, el agotamiento de los suelos, la pérdida de biodiversidad y la aceleración del cambio climático afectan a la capacidad de producir alimentos, según Greenpeace.

En los últimos meses, los agricultores han protestado por la insostenibilidad de sus ingresos, pues se ven perjudicados por los precios de productores más industriales de fuera de Europa y presionados por empresas alimentarias que fuerzan los precios a la baja.

"CHIVO EXPIATORIO"

Greenpeace advirtió de que “los políticos están convirtiendo las normas de protección de la naturaleza en el chivo expiatorio de un problema causado por las fuerzas del mercado y la política comercial”.

“Los agricultores están enfadados con razón: las pequeñas y medianas explotaciones están desapareciendo, devoradas por las ‘megaexplotaciones’, ya que los agricultores se ven atrapados entre las importaciones baratas de fuera de la UE y los precios injustos impuestos por los grandes actores del mercado”, según Marco Contiero, director de Política Agrícola de Greenpeace Europa.

Contiero añadió: “Los políticos europeos, poco dispuestos a revisar la insostenible política comercial de la UE o a plantar cara a los matones de las corporaciones alimentarias y las empresas químicas, fingen que el problema es la protección de la naturaleza en las explotaciones”.

“Eliminar las últimas protecciones medioambientales es un regalo envenenado para los agricultores, que les condenará a peores sequías, inundaciones y cosechas fallidas, sin hacer nada por resolver su precaria situación económica”, destacó.

(SERVIMEDIA)
11 Abr 2024
MGR/gja