Los sistemas de vigilancia de última generación de Indra están siendo utilizados por ejércitos de España, Reino Unido, Alemania, Francia, Dinamarca, además de por la OTAN y por países latinoamericanos.

La tecnológica española también ha desarrollado el radar de vigilancia espacial que el Ejército del Aire y del Espacio Español utiliza para detectar objetos de pequeño tamaño en órbita a miles de kilómetros.

“Los países de la región están demandando en este momento sistemas de última generación para reforzar la vigilancia de sus espacios aéreos y tienen en Indra a una de las empresas más innovadoras y con mayor experiencia a la hora de abordar los proyectos más complejos”, subraya José Vicente de los Mozos, consejero delegado de Indra.

Indra es el coordinador industrial español del mayor programa de defensa colaborativo de Europa: el Futuro Sistema de Combate Aéreo (FCAS), integrado por una aeronave de sexta generación que volará escoltada por una serie de drones, comportándose como una única entidad gracias a la nube de combate.

Es, además, uno de los principales proveedores de sistemas de aviónica del Eurofighter y una de las empresas que lidera en Europa el desarrollo de nuevas soluciones de defensa electrónica y mando y control. Dentro de su nuevo Plan Estratégico 'Leading the Future', la compañía aspira a convertirse en el coordinador del ecosistema de defensa y aeroespacial español, jugando, además, un papel clave en la seguridad y soberanía europea. Indra se enfocará en defensa, aeroespacio y tecnologías digitales avanzadas en los próximos años con el propósito de “asegurar el futuro, impulsando el progreso tecnológico”.

Indra también ha desarrollado uno de los sistemas antidron más avanzados del mercado, el sistema Crow, con el que actualmente operan diferentes ejércitos, entre los que figuran el Ejército del Aire y del Espacio español. Es además una empresa que ha implementado sus sistemas y sensores en blindados como el Leopard, y la compañía mejor preparada para asegurar su mantenimiento.

Asimismo, ha jugado un papel clave en el despliegue de sistemas de comunicaciones por satélite como SECOMSAT en España o SISCOMIS en Brasil, e implantado sus equipos y terminales en submarinos y vehículos terrestres de países de todo el mundo.