Clima

El jefe de ONU Climático afirma que quedan “dos años para salvar el mundo”

- Señala que no actuar ante la crisis climática “diezmará todas las economías del G20”

MADRID
SERVIMEDIA

El secretario ejecutivo de ONU Cambio Climático, Simon Stiell, señaló este miércoles que quedan “dos años para salvar el mundo”, por lo que los gobiernos y los bancos de desarrollo deben actuar para “evitar una catástrofe económica provocada por el clima”.

Stiell hizo esas consideraciones en un discurso pronunciado en el Chatham House, en Londres (Reino Unido), donde destacó que “no hay lugar para medias tintas”. “Estamos al principio de una carrera que determinará quiénes serán los mayores ganadores de una nueva economía de energía limpia”, dijo.

Subrayó que los países deben presentar a comienzos de 2025 nuevos planes climáticos nacionales para reducir las emisiones de gases que calientan el planeta, si bien precisó que el G20 aglutina cerca del 80% de las emisiones mundiales.

“El liderazgo del G20 debe estar en el centro de la solución, como lo estuvo durante la gran crisis financiera. Fue entonces cuando el G20 alcanzó la mayoría de edad y demostró que las principales economías desarrolladas y en desarrollo pueden trabajar juntas para evitar catástrofes económicas mundiales”.

Stiell indicó que esos nuevos planes climáticos serán “el premio mayor para el empleo y un trampolín económico para impulsar a los países en esa escala mundial de niveles de vida” frente a las sequías y la contaminación, lo que beneficiará a los agricultores y a la salud mundial.

Recalcó que no podrá acabarse con la pobreza, el hambre y las pandemias o mejorar la educación salvo que se controle la crisis climática. “Seguir como hasta ahora puede profundizar aún más las grandes desigualdades entre los países y comunidades más ricos y más pobres del mundo, las mismas que los efectos incontrolados del cambio climático están agravando. Estas desigualdades son criptonita para la acción climática mundial cooperativa y cada economía, cada país y su población pagan el precio de ello”, dijo.

Stiell abogó por “curar este cáncer mundial de la desigualdad” con planes climáticos nacionales que protejan a las personas, fomenten el empleo e impulsen un crecimiento económico integrador.

FINANCIACIÓN

Por otro lado, Stiell destacó que este año es “esencial” para “dar un salto cualitativo en la financiación de la lucha contra el cambio climático”. “Cada día, ministerios de finanzas, directores generales, inversores y banqueros de desarrollo movilizan billones de dólares. Ha llegado el momento de pasar esos dólares de la energía y las infraestructuras del pasado hacia un futuro más limpio y resiliente. Y garantizar que se beneficien los países más pobres y vulnerables”, comentó.

La Cumbre del Clima de Bakú (Azerbaiyán), conocida como COP29, debería el próximo noviembre, según apuntó, acordar un nuevo objetivo de financiación climática que satisfaga las necesidades de los países pobres, con flujos de dinero en condiciones favorables, nuevas fuentes de financiación internacional, reformar los bancos de desarrollo y aliviar la deuda de las naciones que más lo necesiten. “Los países en desarrollo gastaron más de 400.000 millones de dólares en el servicio de la deuda el año pasado”, añadió.

“Evitar una catástrofe económica provocada por el clima es un asunto esencial. No puede deslizarse entre las grietas de diferentes mandatos. No podemos permitirnos un festival de conversaciones sin pasos claros hacia delante, cuando existe la oportunidad de avanzar realmente en cada parte del nuevo acuerdo de financiación para el clima que todas las naciones necesitan”, apostilló.

En este sentido, comentó que el Banco Mundial podría liberar “miles de millones más para préstamos en condiciones favorables sin pedir más dinero a los donantes” y el Fondo Monetario Internacional (FMI), ayudar a más países a hacer frente a las deudas agravadas por el cambio climático y la pandemia.

“El G7 también tiene un papel absolutamente crucial, este año presidido por Italia. Los gobiernos del G7 son los principales accionistas del Banco Mundial y el FMI. En realidad, aportan tanto capital como dirección. Con su voz y voto, estas instituciones pueden hacer mucho más por utilizar todas las herramientas a su disposición para lograr impactos a gran escala sobre el terreno. A todos los países del G7 les interesa adoptar medidas climáticas mucho más audaces dentro y fuera de sus fronteras, incluida la financiación de la lucha contra el cambio climático”, agregó.

Además, apuntó que “el mundo también necesita que el G20 esté a la altura de este momento”. “Dejar de lado el clima no es la solución a una crisis que diezmará todas las economías del G20 y que ya ha empezado a hacer daño”, indicó.

COMBUSTIBLES FÓSILES

Por otra parte, Stiell comentó que “no basta con invertir en energías limpias e infraestructuras resistentes sin medidas que también aceleren el declive de los combustibles fósiles”.

“Un mayor progreso en la tarificación del carbono es esencial para reflejar la economía real de los combustibles fósiles, incluidos los enormes costes sanitarios y económicos de la contaminación por gases de efecto invernadero, que no deberían recaer sobre los gobiernos, los hogares y otras industrias”, argumentó.

(SERVIMEDIA)
10 Abr 2024
MGR/clc