Cultura

Un manuscrito, obras fundamentales y fotografías personales componen el legado de Gerardo Diego en el Cervantes

Madrid
SERVIMEDIA

El Instituto Cervantes acogió este miércoles en su sede Madrid un homenaje póstumo al poeta Gerardo Diego (1896-1987) en el marco del cual se depositó un legado compuesto por fotografías personales, un manuscrito, un mecanoescrito con anotaciones, y publicaciones fundamentales de su obra.

Entre ellas, la primera edición de ‘Manual de espumas’ (1924), el facsímil de ‘Antología: poesía española’, el discurso de entrada en la Real Academia Española (RAE), tres separatas numeradas de poemas, y el original del último número de su revista ‘Carmen: revista chica de poesía española’ (1928).

En el acto estuvieron presentes el director del Cervantes, Luis García Montero; la hija mayor del poeta, Elena Diego; el vicepresidente de la Fundación Gerardo Diego y nieto del homenajeado, Juan Cuesta Diego; el poeta y periodista Javier Lostalé; y el filólogo y profesor José Teruel.

La Caja de las Letras de la institución acogerá en la caja número 928 una serie de recuerdos depositados por la hija y el nieto de uno de los autores fundamentales de la Generación del 27.

Entre las piezas, escogidas por la presidenta de la Fundación Gerardo Diego, Andrea Puente, destacan algunas primeras ediciones señeras, como ‘Manual de espumas’, con un retrato del poeta santanderino realizado por José Moreno Villa (1887-1955); ‘Una estrofa de Lope’ (1948), el discurso que leyó en su ingreso en la RAE, acto del que también se incluye la invitación al acto institucional; y el último número de la publicación dirigida por él: ‘Carmen: revista chica de poesía española’, con poemas de sus compañeros de generación -Rafael Alberti (1902-1999), Emilio Prados (1899-1962), Manuel Altolaguirre (1905-1959), Juan Larrea (1895-1980), Max Aub (1903-1972) y Jorge Guillén (1893-1984)-, y una prosa de José María de Cossío (1892-1977). Este número 6-7 de la revista incluye ‘Lola: amiga y suplemento de Carmen’, con el texto ‘Tontología’, una antología de versos malos de poetas buenos.

El depósito también incluye tres separatas numeradas de poemas de Gerardo Diego: ‘El escultor’ (1961), ‘El maestro de obras’ (1961) y ‘El jándalo’ (1963), publicados en la revista ‘Papeles de Son Armadans’, fundada y dirigida por Camilo José Cela (1916-2002).

Otras publicaciones seleccionadas por su cuidada composición son ‘Variación 2. Santander’ (1966), con la cubierta diseñada por Cristino Mallo (1905-1989), el hermano de Maruja Mallo (1902-1995), y ‘Conferencia con Julio de Pablo (1968), ambas realizadas por la imprenta Bedia de Santander.

La Fundación Gerardo Diego también cedió las ediciones facsímil de la revista ‘Carmen’, edición completa (1927-1928, editada en 2007), y la ‘Antología: poesía española’ (1915-1931, editada en 2022. “Con estos dos libros queda representado el nacimiento, a la vera del centenario gongorino, de lo que hoy se denomina la Generación del 27”, apuntó Elena Diego.

El legado de Gerardo Diego se completa con objetos personales y escritos del poeta, como el radiotexto, mecanografiado y firmado por él mismo, ‘La Academia y la Literatura’ (1955), para Panorama Poético Español, programa de RNE en el que colaboró semanalmente durante 40. Este vestigio “recuerda la fecunda labor como periodista en unos años de difícil comunicación tanto en radio y prensa”, evocó su hija. En el reverso de su última página está escrito incompleto el ’Soneto a Violante’ y una breve enumeración de temas literarios no relacionados con el texto. “Misterios biográficos que no podemos adivinar”, deslizó.

Otro manuscrito que entró en la Caja de las Letras fue el borrador de una reseñada de la edición del ‘Romancero gitano’, de Federico García Lorca (1898-1936), con litografías y palabras de Rafael Alberti. La hoja, según Elena Diego, “reúne en el recuerdo a los tres amigos y aporta precisiones al cotejar la primera edición del Romancero dedicada por Lorca a mi padre con ésta”.

El depósito incluye cinco fotografías personales, entre las que destaca una instantánea familiar con Gerardo Diego niño; un retrato en el que aparece ataviado de época en una representación teatral (1922); una imagen tomada minutos antes de su acto de ingreso en la RAE (1948), donde aparece sin la medalla de académico junto a Ramón Menéndez Pidal (1869-1968) y Narciso Alonso Cortés (1875-1972); una foto con la siguiente anotación: “Con Larrea y su mujer” [en referencia a Juan Larrea y Marguerite Aubry], de 1934, en la que también aparece su esposa, Germaine Marin, poco antes de que contrajeran matrimonio; y una imagen con Rafael Alberti y Andrés Amorós, en una exposición.

El legado incorpora el programa de la conferencia-concierto de Gerardo Diego celebrada en el Ateneo de Santander en 1924, donde interpretó al piano obras de Maurice Ravel (1875-1937) y Béla Bartók (1881-1945), y la invitación a la conferencia-concierto en la Universidad de Granada, donde leyó el poema ‘Preludio, Aria y Coda a Gabriel Fauré’ e interpretó al piano obras del propio Fauré (1845-1924).

En el turno de parlamentos, García Montero indicó que Gerardo Diego fue el “autor de algunos de los mejores sonetos y romances de la cultura en español” y le situó como “una figura fundamental, porque recibió a manos llenas las herencias del pasado para proyectar el pasado al futuro de la poesía”.

En ese sentido, arguyó que “la verdadera riqueza de un país es su cultura, y la mejor manera de comprometerse con el futuro es saber elegir las mejores herencias del pasado”, en referencia al redescubrimiento que Gerardo Diego hizo de Luis de Góngora (1561-1627).

Subrayó que del mismo modo que unía tradición y vanguardia, Gerardo Diego supo unir la mirada al exterior como un proceso de interiorización”, para, a continuación, rememorar una declaración del poeta cántabro que sintetiza este pensamiento: “Mi oración es así, todo está en todo y todo en mí”.

García Montero concluyó su intervención agradeciendo a los herederos del autor y a la Fundación Gerardo Diego la donación a la Biblioteca Patrimonial del Cervantes con una cita del homenajeado: “Amar es no pedir, es dar”.

Por último, Javier Lostalé recordó con “emoción y humildad” a Gerardo Diego con la lectura de ‘Primavera’, poema contenido en ‘Manual de Espumas’ e ‘Insomnio’, de ‘Alondra de verdad’ (1941), al que calificó como “soneto inmortal”; mientras que José Teruel evocó sus facetas menos conocidas como poeta en la posguerra y epistológrafo del exilio, resaltando que “vio la poesía del exilio como una parte del mismo proceso cultural literario que la poesía del interior, no como dos temas o fracciones distintas”.

Para finalizar, leyó una carta de Gerardo Diego a Max Aub, fechada en 1957, y su respuesta, como ejemplo de una correspondencia en la que resuena “la honradez a carta cabal, sinceridad desarmante y voluntad de diálogo”.

(SERVIMEDIA)
14 Jun 2023
MST/clc