Además, en el PSE están llamando al votante descontento con la gestión del PNV, pero que no apuesta por aventuras independentistas y que quiere la estabilidad aportada por el Gobierno vasco de coalición con el PNV pero con una mirada más social. También se reivindican como la izquierda útil frente a un Podemos y Sumar que ven inmersos en cuitas internas.

Confían en mejorar sus resultados de las pasadas elecciones vascas y llegar incluso a los 13 escaños, pero apuntan a que dependerá de la participación electoral y si esta supera el 60%. Por ello, confían en movilizar una participación alta porque que creen que irá a favor de la reedición del vigente Gobierno vasco y que así no se cumplirán las expectativas de una participación baja que, según los socialistas, beneficiaría a EH Bildu.

En este contexto, en las filas socialistas apuntan a que la formación que lidera Arnaldo Otegi y que en las encuestas apunta a que será la fuerza más votada en estos comicios se enfrenta a la gestión de expectativas de cara al 21-A. Esta cuestión y el resultado electoral será la que marque posibles pactos electorales posteriores.

APOYO DE ZAPATERO E ILLA

Así las cosas, hay dirigentes socialistas que no descartan incluso un posible acuerdo entre PNV y EH Bildu aunque sí descartan el pacto entre el PSE y la formación que encabeza la candidatura de Pello Otxandiano.

Con todo este horizonte, en la recta final de la campaña electoral, los socialistas apuestan por activos que consideran que “suman” en su electorado como el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero (miércoles) y (jueves) el líder del PSC y candidato socialista a la Presidencia de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa.

Además, el jefe del Ejecutivo y líder del PSOE estará en Bilbao en el acto de cierre de campaña apoyando a Andueza, al que habrá arropado en total en tres mítines en este periodo electoral. Por el contrario, ven en el PSE a un PP muy desdibujado con candidato, Javier de Andrés, que requiere del respaldo en varios días durante esta recta final del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, para intentar movilizar.