Ampliación

Elecciones vascas

Iglesias sugiere condicionar la estabilidad de Sánchez a que permita un Gobierno de izquierdas en el País Vasco

- Dice que Sumar es "una izquierda que no sirve para nada"

Bilbao
SERVIMEDIA Kiko Rosique, enviado especial

El ex secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, sugirió este viernes condicionar la estabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez a que el PSE permita constituir un Ejecutivo de izquierdas, sin el PNV, en el País Vasco, igual que antes los independentistas catalanes lo han hecho a la concesión de la amnistía.

Iglesias lanzó este mensaje en su primer mitin electoral desde la campaña de las elecciones autonómicas de 2023, hoy apoyando la candidatura de Elkarrekin Podemos-Alianza Verde a los comicios vascos del día 21. Repitiendo la apuesta decidida de esta candidatura por un Gobierno de izquierdas, se adelantó a la objeción de que el PSE sumará sus escaños decisivos al PNV.

"Es divertidísimo escucharlo: 'es imposible un gobierno sin el PNV porque jamás lo permitiría el PSOE'", relató con sorna, y preguntó desafiante: "¿Ah, no? ¿Quién iba a pensar que el PSOE iba a permitir el acercamiento de presos? ¿Quién iba a pensar que el PSOE iba a aceptar la amnistía de nada más y nada menos que de Carles Puigdemont, cuando Pedro Sánchez prometió en campaña que le iba a traer esposado a sentarle frente a un tribunal?".

"Claro que se puede. Es tan sencillo como decirle a Pedro Sánchez que el precio de la estabilidad de su Gobierno es que en el País Vasco haya un gobierno de izquierdas. Es tan sencillo como eso. Del mismo modo que tuvo que aceptar la amnistía de Puigdemont y de los líderes independentistas, Pedro Sánchez y el Partido Socialista aceptan que en Euskadi haya un Gobierno de izquierdas sin el PNV. Es una cuestión de números y de correlación de fuerzas".

La propuesta de Iglesias sonó como un reto implícito a EH Bildu, de quien depende la mayoría de Sánchez tanto como del propio Podemos, aunque también del PNV, que sería el damnificado de la jugada y podría hacer lo propio. Pero también fue una llamada a los votantes de izquierdas a que voten a Podemos y no al partido abertzale, pues, según lo planteó, "sólo hay una fuerza política dispuesta a plantear ese órdago, que es Elkarrekin Podemos". El estribillo fundamental de esta candidatura en esta campaña es que EH Bildu está dispuesto a pactar con el PNV y ellos, en cambio, no.

El exlíder de Podemos, que comenzó su intervención ironizando que el Rey se habrá “puesto muy contento” de tener que entregar la Copa del Rey de fútbol al Athletic de Bilbao, basó su análisis de la situación actual en su habitual reflexión histórica tirando del historiador Manuel Tuñón de Lara y su concepto de “bloque de poder español” que incluye a empresarios y altos funcionarios, y que “ha ganado siempre” a costa de la España popular, de los nacionalismos periféricos y del feminismo.

En su opinión, la “mitificada Transición” supuso la consolidación de ese bloque, y la izquierda cometió el error de reivindicar haber aceptado la monarquía y los Pactos de la Moncloa, porque sólo revelan “una izquierda desarmada y cautiva”, de ahí que ahora “una figura tan repugnante como Felipe González” reivindique al ex secretario general del PCE Santiago Carrillo.

EL PROYECTO DEL PNV

El sistema, continuó, se completaba con el PNV y CiU, que negociaban en el marco del autonomismo, del café para todos, la representación de las élites de sus territorios en el bloque de poder español, con ETA sirviendo de “pegamento” entre ellos. “No es verdad que la apuesta del PNV fuera la construcción nacional de Euskal Herria”, contestó, reprochando al candidato en estas elecciones, Imanol Pradales, que haya demasiadas huelgas en el País Vasco, cuando a su modo de ver es gracias a ellas y no al PNV que los salarios son más altos.

Iglesias reprochó al PNV y EH Bildu que no aprovecharan como sí hicieron el 15-M y el expresidente de la Generalitat de Cataluña Artur Mas la oportunidad que representó la crisis de 2008, y a ello atribuyó que Podemos fuera la primera fuerza en elecciones vascas, compatibilizando la defensa de la autodeterminación con la presencia en el Gobierno.

El exlíder de Podemos atestiguó que, si ahora hay una amnistía y un acercamiento de presos de ETA es por un cambio en la correlación de fuerzas. Y advirtió de que el PNV no apoya un Gobierno del PP únicamente porque la sociedad vasca no permitiría que en él entrara Vox, pero que, “en el momento en que el PP pueda atar en corto a su perro de presa”, el proyecto del PNV es “negociar con el bloque de poder en Madrid”, porque “históricamente las derechas se han entendido perfectamente”.

Por eso, aseguró que “es imposible construir el futuro del proyecto nacional vasco con el PNV”, porque ése “no es el proyecto del PNV”, sino “mantener una interlocución privilegiada para participar de una tarta que se reparte en Madrid”. Es decir, que los jeltzales serían meros "gestores de unos intereses de clase que van en contra de la mayoría". Y, en consecuencia, llamó a “pensar fuera de la caja del PNV” y lanzó esa sugerencia de condicionar la estabilidad de Sánchez a que no pacte con ese partido una nueva coalición de gobierno.

Iglesias tampoco se privó de una referencia peyorativa a Sumar, al repetir su mensaje habitual de que “puede haber una izquierda bien tratada” por el poder y los medios, si acepta asumir que los aliados del bloque de poder son CiU y el PNV y pactar con ellos la reforma laboral, no con ERC y EH Bildu, y se resigna a ser “un apéndice del PSOE”, a dar la bienvenida a la cumbre la OTAN y a aceptar el envío de armas a Ucrania. Es decir, “ser una izquierda que no sirve para nada”, bajo la amenaza de que “o sois eso o acabaréis como Pablo Iglesias e Irene Montero”.

Finalmente, reconoció que “fracturar nuestro espacio político nos ha hecho daño”, pero dijo percibir que en las últimas semanas o meses “se nota que Podemos está volviendo” y que “cada vez más vascos se dan cuenta de que hay una izquierda que puede cambiar las cosas”.

(SERVIMEDIA)
12 Abr 2024
KRT/clc