El informe destaca que en Madrid los niveles medidos por OCU son hasta un 50% más altos que los oficiales, en Barcelona la diferencia ascendía al 30% y en Valencia los datos del día del estudio no estaban disponibles.

Así, aunque los niveles de benceno y dióxido de nitrógeno se encontraban dentro de los límites “aceptables”, para las partículas PM10 se supera el límite de 50 µg/m3 que establece la legislación europea y en el caso de las partículas finas PM2,5 en Barcelona se supera el límite legal de 25µg/m3.

Para las partículas ultrafinas PM0,5 no existe límite legal, pero sí una norma de calidad ambiental para interiores que sirve de “referencia” y según la cual los niveles medidos por OCU estaban “por encima” de esos límites en los trayectos en bicicleta en las tres ciudades.

En los trayectos en coche se superan en Barcelona y Valencia y solo en la ciudad condal se superan incluso en el caso de los trayectos realizados por peatones. OCU señaló que, por término, medio quienes se desplazan a pie o en bicicleta reciben un 10% más de exposición a partículas que los que se desplazan en coche, aunque en conjunto no advierte “grandes diferencias” por los picos muy altos de exposición a los que están expuestos los conductores.

EL AIRE EN MADRID

En Madrid los peatones y los ciclistas sufren “especialmente” la contaminación atmosférica y estos se ven expuestos a niveles medios de PM10 superiores al límite legal diario.

Los ciclistas son los más expuestos a las partículas ultrafinas del aire, las más peligrosas y al caminar por Madrid Central se registra un “ligero descenso” en las concentraciones de partículas en suspensión, aunque “no demasiado significativo”, a juicio de OCU.

BARCELONA, LA MÁS CONTAMINADA

En Barcelona la exposición media a partículas en suspensión resultó un 10% superior al de Madrid y Valencia, con mayor diferencia en las partículas más pequeñas, por lo que sus resultados son “los peores” de entre los obtenidos para las tres capitales analizadas.

La exposición media a PM10 superó el límite en bici, coche y casi lo duplicó andando. Respecto a las partículas ultrafinas la exposición media estuvo también por encima del valor de referencia para los tres modos de transporte.

En Barcelona estos picos máximos multiplican en 14 veces los límites para las partículas PM10 y en siete veces las partículas PM2,5. Mientras que en el caso de Madrid los niveles de estas últimas multiplicaron por cinco los límites máximos.

En Valencia, la exposición a PM10 superaba los límites al circular como peatones y ciclistas, aunque los valores medios obtenidos para las partículas más finas solo supera el valor de referencia en el caso de desplazamientos en bicicleta.

El objetivo del estudio ha sido determinar el daño “potencial” que causa la contaminación atmosférica durante los desplazamientos diarios habituales en entornos urbanos y para su realización se llevaron a cabo diversos trayectos en coche, bicicleta y a pie.

Las mediciones se llevaron a cabo entre finales de marzo y principios de abril, en horas punta, de 8.00 a 10.00 horas y de 18.00 a 20.00 horas y en unas condiciones meteorológicas “neutras”.

NIVELES NO RECOMENDABLES

A la luz de los resultados, los habitantes de estas urbes “están expuestos de forma cotidiana a niveles de contaminación no recomendables para su salud”, por lo que la organización exigió a las administraciones que adopten “de forma urgente” medidas “ambiciosas y eficaces” que disminuyan “de forma inmediata” los niveles de contaminación y garanticen un aire limpio.

A su entender, sería un “buen comienzo” poner en marcha la Ley General de Salud Pública, que incluya una red de vigilancia de enfermedades y un Plan de Salud y Medioambiente, pero también estimó urgente la adopción de estrategias de movilidad y una planificación global de las ciudades para garantizar la salud de todos sus habitantes.