Ciencia

Los caballos se domesticaron en el Cáucaso hace más de 4.000 años

MADRID
SERVIMEDIA

Las estepas póntico-caspias, al norte del Cáucaso, fueron el escenario del origen de la domesticación de los caballos hace más de 4.000 años antes de que conquistaran el resto de Eurasia en unos pocos siglos.

Éste es el hallazgo de un estudio dirigido por el paleogenetista Ludovic Orlando, del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS, por sus siglas en francés) y que encabezó un equipo internacional que incluye la Universidad Toulouse III - Paul Sabatier, la Comisión Francesa de Energía Atómica y Energías Alternativas (CEA) y la Universidad de Évry.

El estudio, publicado este miércoles en la revista ‘Nature’, responde a un enigma que databa hace varias décadas sobre por quién y dónde fueron domesticados por primera vez los caballos modernos, cuándo conquistaron el resto del mundo y cómo suplantaron la miríada de otros tipos de caballos que existían en ese momento.

Este misterio arqueológico de larga duración finalmente llega a su fin gracias a un equipo de 162 científicos especializados en arqueología, paleogenética y lingüística.

Hace unos años, el equipo de Orlando observó en el sitio de Botai (Asia Central) la evidencia arqueológica más antigua de caballos domésticos. Sin embargo, los resultados de ADN no fueron compatibles porque esos caballos de 5.500 años de antigüedad no eran los antepasados de los caballos domésticos modernos.

Además de las estepas de Asia Central, todos los demás presuntos focos de domesticación, como Anatolia, Siberia y la Península Ibérica, habían resultado ser falsos. "Sabíamos que el periodo de tiempo de hace entre 4.000 y 6.000 años atrás era crucial, pero nunca se pudieron encontrar señales humeantes", apunta Orlando.

“DEMOGRAFÍA EXPLOSIVA”

Los investigadores decidieron extender su estudio a toda Eurasia analizando los genomas de 273 caballos que vivieron entre 50.000 y 200 años antes de Cristo. Esta información fue secuenciada en el Centro de Antropobiología y Genómica (CNRS y Universidad de Toulouse III - Paul Sabatier) y el Genoscopio (CNRS, CEA y Universidad de Evry) antes de ser comparado con los genomas de los caballos domésticos modernos.

Esta estrategia dio sus frutos: aunque Eurasia estuvo una vez poblada por poblaciones de caballos genéticamente distintas, se había producido un cambio dramático entre los años 2000 y 2200 a.C. "Ésa era una oportunidad: los caballos que vivían en Anatolia, Europa, Asia Central y Siberia solían ser genéticamente bastante distintos", señala Pablo Librado, primer autor del estudio.

Luego, un solo perfil genético, previamente confinado a las estepas pónticos (Cáucaso Norte), comenzó a extenderse más allá de su región nativa, reemplazando a todas las poblaciones de caballos salvajes desde el Atlántico hasta Mongolia en unos pocos siglos.

"Los datos genéticos también apuntan a una demografía explosiva en ese momento, sin equivalente en los últimos 100.000 años", agrega Orlando, quien apunta: "Fue entonces cuando tomamos el control de la reproducción del animal y los producimos en números astronómicos".

Ese rápido crecimiento de la nueva población equina puede deberse a un comportamiento más dócil y a una columna vertebral más fuerte respecto de las anteriores, características que aseguraron el éxito de los animales en un momento en que los viajes de los caballos se estaban volviendo ‘globales’.

El estudio también revela que el caballo se extendió por toda Asia al mismo tiempo que los carros de ruedas y las lenguas indo-iraníes. Sin embargo, las migraciones de poblaciones indoeuropeas, de las estepas a Europa durante el tercer milenio antes de Cristo, no podrían haberse basado en el caballo, ya que su domesticación y difusión llegaron más tarde. Esto demuestra la importancia de incorporar la historia de los animales al estudiar las migraciones humanas y los encuentros entre culturas.

(SERVIMEDIA)
20 Oct 2021
MGR/clc