Las fiestas del Apóstol Santiago se celebran del 15 al 31 de julio. El 24 y el 25 de julio son los días grandes, ya que en la noche del 24 hay un impresionante espectáculo de fuegos artificiales en honor al Apóstol que se puede ver desde distintos puntos de Santiago de Compostela.

El 25, durante la misa solemne que se celebra en la catedral, el Rey, o un delegado de la Casa Real, hace la tradicional ofrenda al Apóstol Santiago. En esta misa se puede ver el botafumeiro, incensario de gigantescas dimensiones, balancearse en la Catedral perfumándola y envolviéndola en un halo místico. El 25 es también el día de Galicia, con actos que congregan a miles de ciudadanos gallegos en la ciudad.

El Año Santo Compostelano tiene origen bajomedieval. Se considera Año Santo Compostelano aquel en el que el 25 de julio (festividad del Apóstol Santiago) corresponde a un domingo. Este hecho sucede un total de 14 veces cada siglo. El primer Año Santo lo concedió el Papa Calixto II el año 1122, al finalizar las obras de la Catedral de Santiago.

El Camino de Santiago es la ruta más antigua, más concurrida y celebrada de Europa. Santiago también ha compartido la atracción de los caminantes de todos los tiempos. Un Camino guiado por la flecha amarilla y la vieira, que se han convertido en sus símbolos.

La flecha amarilla, pintada a brocha en calzadas, casas, vallas o árboles, nace en 1984. La vieira o concha, esculpida en multitud de iglesias o monumentos, está representada en todos los indicadores del Camino.

A la Catedral de Santiago se entra por La Puerta Santa, que se abre con toda solemnidad el 31 de diciembre, cuando el año que empieza es Santo, por el arzobispo de Santiago inaugurando El Año Santo.

Durante el año se gana el Jubileo, como se dice coloquialmente, se consiguen las gracias jubilares, una indulgencia plenaria para los difuntos, rezando y comulgando en la Catedral por las intenciones del Papa, cualquier día de Año Santo.