Según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, en este encuentro se trataron asuntos que afectan a la seguridad europea como Ucrania, los ataques híbridos o los llamados “conflictos prolongados”. Esta reunión puso fin a la presidencia austriaca que dará paso a la italiana en 2018.

Durante su intervención, Castro alertó de la “complejidad” y “fragmentación” de los retos de seguridad a los que se enfrenta la OSCE. Por ello, reivindicó el modelo de seguridad cooperativa que ofrece esta organización en lo político-militar, económico-medioambiental y humana.

El secretario de Estado defendió como “garantía para la paz y la seguridad” el respeto a los derechos humanos y la fortaleza del Estado de Derecho y de las instituciones. “La solidez de estos tres pilares es determinante para que los ciudadanos de la OSCE se sientan seguros y libres”, dijo Castro.

También abordó amenazas como la proliferación, el terrorismo y la radicalización, los tráficos ilícitos, la ciberseguridad o la desinformación. A su vez, subrayó el compromiso de España con la políticas de inclusión, género y educación, la lucha contra el tráfico de órganos, los esfuerzos contra la intolerancia, las políticas de apoyo a las víctimas del terrorismo o el trabajo con los jóvenes.

Castro defendió una mayor implicación de la OSCE en los temas de seguridad que afectan al Mediterráneo y recordó que España acogerá la Conferencia Mediterránea OSCE de 2018.

El secretario de Estado también participó en la clausura del evento sobre Juventud, Paz y Seguridad, un área en la que España ostenta la presidencia del Grupo de Amigos de Juventud y Seguridad.

En los márgenes del Consejo Ministerial, Castro mantuvo encuentros bilaterales con el presidente de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE, el secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede y el ministro de Asuntos Exteriores de la Antigua República Yugoslava de Macedonia.