La ayuda humanitaria, a merced de conflictos ‘crónicos’ y la dejadez de los gobiernos

- Según Médicos Sin Fronteras y el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria

MADRID
SERVIMEDIA

La acción humanitaria internacional que realizan ONG y agencias internacionales sobre el terreno está a merced de la ‘cronificación’ de los conflictos y de la dejación de responsabilidades de los Estados, porque las necesidades sin cubrir siguen creciendo pese a que los fondos han aumentado por cuarto año consecutivo.

Así se recoge en el informe ‘La acción humanitaria en 2016-2017: Usos, abusos y desusos del humanitarismo en el escenario internacional’, elaborado por el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (Iecah) y Médicos Sin Fronteras (MSF), y presentado este martes en una rueda de prensa en Madrid.

El director general de MSF, Joan Tubau, indicó que la decimotercera edición de este informe que elaboran conjuntamente las dos organizaciones refleja “desgraciadamente” la consolidación de “unas tendencias muy duras para las poblaciones que viven en los conflictos”, puesto que los organismos humanitarios tienen “más dificultades para acceder” sobre el terreno y la respuesta global del sistema de ayuda es “cada vez menos efectiva” en varios países.

No en vano, en el bienio 2016-2017 se han producido tres emergencias de nivel tres (máximo nivel de alerta, según la clasificación de la ONU), concretamente en Siria, Iraq y Yemen, a lo que se añade la crisis de personas refugiadas ‘rohingyas’ en Bangladesh y el agravamiento de la situación en la República Democrática del Congo. Además, hay otras crisis crónicas en la República Centroafricana, Sudán del Sur, Etiopía, Nigeria y Somalia.

Jesús A. Núñez, codirector del Iecah, indicó que la situación actual está marcada “de una manera muy clara por la irrupción en escena de Donald Trump”, que “no puede ser más aparatosa y negativa para la acción humanitaria” porque el Gobierno estadounidense marca el ritmo de la agenda internacional con prioridades centradas en la defensa y hacer frente al terrorismo yihadista y a Corea del Norte.

Núñez comentó que “la acción humanitaria se encuentra hoy claramente sobrepasada porque se cronifican conflictos violentos y aparecen otros nuevos”, lo que se une a “una clara dejación por parte de los gobiernos nacionales y de la comunidad internacional de hacerles frente”. Puso como ejemplo la crisis de los refugiados en Europa. “Esa cronificación lleva a un incremento de la necesidades humanitarias para millones de personas”, apuntó.

Además, indicó que el hambre ha aumentado después de que en los últimos años se produjera una reducción y criticó la “normalización” de prácticas de algunos gobiernos de consignar acción humanitaria lo que en los presupuestos va destinado a otras tareas.

AYUDA ESPAÑOLA

Por otro lado, el informe indica que los fondos dedicados a la acción humanitaria internacional aumentaron en 2016 por cuarto año consecutivo hasta llegar al récord de 27.300 millones de dólares, pero la brecha de financiación alcanzó los 8.200 millones de euros, lo que significa que quedaron sin cubrirse un 40% de los llamamientos humanitarios de la ONU.

La mayor parte de la acción humanitaria se destinó a cinco países (Siria, Yemen, Iraq, Sudán del Sur y Etiopía), que recibieron el 54% de todos los fondos destinados a crisis humanitarias específicas. Sin embargo, las ONG registraron el año pasado un incremento anual del 31% al llegar a los 9.500 millones de dólares, el 60% de ellos procedentes de donantes privados.

Francisco Rey, codirector del Iecah, indicó que España inició en 2016 un incipiente proceso de recuperación, al desembolsar 54,2 millones de euros a ayuda humanitaria (por 46,5 millones de 2015), después de que este capítulo fuera “el inscrumento de cooperación más recortado”, con una caída del 90% desde 2010. Este incremento se debe a los ayuntamientos y las comunidades autónomas.

Sin embargo, Rey consideró “preocupante” que el peso de la ayuda humanitaria en la Ayuda Oficial al Desarrollo se situó en un 1,33% del total, una cifra lejana de lo que manejan otros países miembros del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE (entre un 7% y un 10%).

(SERVIMEDIA)
19 Dic 2017
MGR/caa