La exposición a la contaminación se asocia a alteraciones cerebrales en el niño durante el embarazo

MADRID
SERVIMEDIA

La exposición residencial a la contaminación atmosférica durante el embarazo se asocia con alteraciones cerebrales que pueden contribuir a una reducción en la capacidad cognitiva de los niños en la edad escolar, según un estudio realizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y publicado en la revista ‘Biological Psychiatry’.

Según informó este jueves el ISGlobal, centro impulsado por la Fundación Bancaria ‘la Caixa’, la investigación mostró la relación entre la exposición a la contaminación atmosférica y las dificultades en el control inhibidor, es decir, la habilidad de regular el autocontrol y el comportamiento compulsivo, lo cual se asocia con problemas de salud mental como el comportamiento adictivo y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

Según los investigadores, la exposición a partículas finas durante la vida fetal se asoció con una corteza —la capa externa del cerebro— más delgada en varias regiones de ambos hemisferios, lo cual constituye uno de los factores que permitirían explicar las deficiencias observadas en el control inhibidor.

Para ello, el equipo del ISGlobal analizó una cohorte poblacional en Holanda para estudiar a mujeres embarazadas y a sus hijos. Determinaron los niveles de contaminación atmosférica residencial durante la vida fetal de 783 niños y niñas. Los datos se obtuvieron a partir de campañas de monitorización del aire, e incluyeron niveles de dióxido de nitrógeno y de partículas gruesas y finas. La morfología del cerebro se evaluó a partir de imágenes de resonancia magnética realizadas cuando los niños tenían entre 6 y 10 años de edad.

Para la coordinadora del estudio e investigadora del ISGlobal, Mónica Guxens, el cerebro del feto es particularmente vulnerable, ya que aún no ha desarrollado los mecanismos para protegerse de las toxinas ambientales o eliminarlas. “Aunque las consecuencias clínicas de estos hallazgos a nivel individual no se pueden cuantificar, otros estudios existentes hacen pensar que los retrasos cognitivos a edades tempranas podrían tener consecuencias considerables a largo plazo, incluyendo un mayor riesgo de trastornos mentales y un menor rendimiento académico, dada la ubicuidad de la exposición”.

(SERVIMEDIA)
08 Mar 2018
ABG/gja