Refugiados

Los 'rohingya' se enfrentan a otra catástrofe ante la llegada de huracanes y el monzón

MADRID
SERVIMEDIA

La temporada de huracanes y el monzón podría convertir en una catástrofe la situación de los refugiados 'rohingya' que han huido a Bangladesh. Las fuertes lluvias del monzón, que tiene lugar en abril y mayo, aumentan el riesgo de cólera o diarrea acuosa aguda por el consumo de agua en mal estado. Además, los campos de refugiados podrían inundarse y las fragiles viviendas quedar arrasadas.

Así lo denunció este martes el director ejecutivo de Unicef Comité Español, Javier Martos, que destacó que “los ‘rohingya’ viven ahora mismo en una especie de limbo porque ningún país les reconoce. Sus condiciones de vida son muy precarias y además ahora se enfrentan a las consecuencias que puede tener sobre ellos la temporada de huracanes y del monzón. Estaríamos en una ‘emergencia dentro de la emergencia’. El mundo no puede cerrar los ojos a esta tragedia, si lo hace, lo perderán todo”.

Según Unicef, desde finales de agosto han llegado a Bangladesh 671.000 'rohingya', de los que el 54% son niños. Cada día se necesitan más de 16 millones de litros de agua limpia, y se deben construir o mantener 50.000 letrinas para mejorar el saneamiento y evitar riesgo de enfermedades como la diarrea acuosa aguda, que puede ser mortal para los niños.

“Tengo miedo de que venga una tormenta que destruya todas las casas y nos pongamos enfermos”, cuenta Yasmin Tara, de 10 años. “Me da miedo que mi tienda pueda salir volando y nos quedemos sin un sitio en el que vivir”. Su familia, explica Yasmin, ha recibido “lonas de plástico y algo de bambú” para prepararse ante la llegada del monzón.

Además, más de 293.000 personas han recibido información sobre cómo pueden proteger sus hogares y a sí mismos frente a un huracán, y se han preparado suministros de agua y saneamiento como jabón, cloro o tabletas para potabilizar el agua.

400.000 NIÑOS NECESITAN APOYO

Tener agua limpia es clave para la salud de los niños 'rohingya', pero no siempre es sencillo. Niñas como Fátima, de 7 años, tienen que ir a por agua para su familia tres o cuatro veces al día. Con la llegada de las lluvias, este camino se convertirá en un reto. “Mi hermana está enferma”, cuenta, “y mi hermano tuvo fiebre”. Con las lluvias proliferan las acumulaciones de agua y los mosquitos y con ellos enfermedades que se pueden prevenir con medidas tan sencillas como lavarse las manos.

Ante este panorama, el comité recuerda que unos 400.000 niños necesitan apoyo psicosocial para poder superar el trauma causado por la violencia que han experimentado, y preocupan las tasas de desnutrición aguda grave, que afecta al 3% de los niños examinados.

(SERVIMEDIA)
03 Abr 2018
AHP/nbc