El objetivo de esta iniciativa es controlar la exposición de la población infantil y juvenil a este tipo de alimentación a través del control de las máquinas expendedoras y de su contenido, y una mejora de la alimentación en los comedores escolares y en otros espacios públicos como hospitales, centros de día, centros culturales o cualquier centro público o subvencionado por la Administración.

Podemos pretende así garantizar la mejora de la calidad nutricional de los servicios de restauración colectiva que se prestan en el ámbito de los centros y servicios dependientes de las administraciones públicas de la Comunidad de Madrid.

También se persigue la compra pública alimentaria con criterios de responsabilidad social y ambiental y fomentar entre la ciudadanía, y en especial entre la infancia y la juventud, un modelo de alimentación saludable que contribuya a una mejora en la calidad de vida y prevención de enfermedades asociadas a la mala alimentación, a través de la mejora de los servicios de restauración colectiva.

Ardanuy informó en los pasillos de la Asamblea de que esta proposición “busca garantizar que toda la alimentación que se ofrece en comedores escolares y centros hospitalarios o en las cafeterías y máquinas expendedoras sea saludable” y también “sostenible” con el medio ambiente.

Añadió que se pretende también que en las máquinas expendedoras de centros educativos no haya “productos insanos, con grasas saturadas”, para garantizar una alimentación más saludable.