Biodiversidad

Una bacteria del volcán submarino de El Hierro, en el ‘Top 10’ mundial de las especies descubiertas en 2017

MADRID
SERVIMEDIA

La bacteria ‘Thiolava bellus’, que está cubriendo el material que quedó depositado en el fondo marino de la isla de El Hierro cuando el volcán Tagoro entró en erupción en 2011, está incluida en el ‘Top 10’ de las especies más sorprendentes descubiertas el año pasado.

Un comité internacional de investigadores del Instituto Internacional para la Exploración de Especies de la Universidad Estatal de Nueva York (Estados Unidos), liderado por Quentin D. Wheeler y coordinado por Antonio García Valdecasas, dio a conocer este miércoles las 10 especies más destacadas de las cerca de 18.000 descubiertas en 2017.

El Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), al que pertenece García Valdecasas, difundió la lista con motivo de un nuevo aniversario del nacimiento del botánico sueco Carl Linneo, que vivió en el siglo XVIII y está considerado el padre de la taxonomía moderna y uno de los pioneros de la ecología.

Esta lista recuerda la importancia de conocer y clasificar la biodiversidad, al tiempo que llama la atención sobre el número de especies que desaparecen cada año, que se calcula en unas 20.000. Los científicos creen que quedan alrededor de 12 millones de especies por descubrir, cinco veces más de las que ya están descritas.

En la selección de este año hay desde un inmenso árbol de 40 metros hasta un pequeño organismo unicelular, dos escarabajos y una bacteria canaria, así como un orangután y una planta en peligro crítico de extinción, un marsupial ya extinto, un pez abisal y un crustáceo.

“Con esta iniciativa tratamos de concienciar sobre la importancia de seguir conociendo y poder así proteger la incalculable biodiversidad que nos rodea. Cada especie nos aporta información sobre los ecosistemas en los que vive así como detalles de su historia evolutiva. Las que no logramos describir y catalogar las perdemos para siempre,” se lamentó Wheeler, quien añadió: “Ordenarlas por parentesco, nombrarlas y conocer, tanto su forma de vida, como sus áreas de distribución, es la única forma posible de entender el desarrollo de la vida sobre nuestro planeta y aprender a protegerla”.

García Valdecasas consideró “evidente” que los seres humanos están acelerando el calentamiento global y la extinción masiva de especies. “Es triste pero estamos ante un escenario al que no vamos a poder devolver las especies que ya han desaparecido”, apuntó.

UNA POR UNA

Una de las especies incluidas en el ‘Top 10’ es ‘Thiolava veneris’, una bacteria que produce estructuras largas y parecidas a los pelos que, a modo de alfombra, cubre una superficie de unos 2.000 metros cuadrados alrededor de la cima recién formada del volcán Tagoro, que está a unos 130 metros de profundida frente a las costas de El Hierro y en 2011 aumentó abruptamente la temperatura del agua, disminuyó el oxígeno y liberó cantidades masivas de dióxido de carbono y sulfuro de hidrógeno, eliminando así gran parte del ecosistema marino.

La lista incluye un organismo unicelular (‘Ancoracysta twista’) descubierto en un acuario tropical de San Diego (Estados Unidos). Pertenece al orden de los protistas, es decir, es un organismo eucariota (que tiene células con núcleo diferenciado). Cuenta con un flagelo que utiliza para impulsarse, así como unos orgánulos con forma de arpón que utiliza para inmovilizar a los organismos de los que se alimenta. La gran cantidad de genes que contiene su genoma mitocondrial podría dar pistas sobre cómo comenzaron a evolucionar los primeros organismos eucariotas.

También aparece una especie de árbol de más de 40 metros de altura (‘Dinizia jueirana-facao’) que sobrepasa el dosel de las masas arbóreas donde habita, esto es, bosques semicaducifolios atlánticos de Brasil. Pertenece al género de leguminosas ‘Dinizia’, del que hasta ahora sólo se conocía la especie ‘D. excelsa’, descubierta hace casi 100 años en los bosques amazónicos. Actualmente solo se han localizado 25 ejemplares de este gigante arbóreo en la Reserva Natural Vale. Puede llegar a pesar unas 60 toneladas y da refugio a más de 2.000 especies de vertebrados, entre ellas más de la mitad de las especies amenazadas de Brasil.

En el ‘Top 10’ se encuentra un pequeño crustáceo de unos cinco centímetros de longitud (‘Epimeria quasimodo’) que luce un exoesqueleto tan curvado que hace que parezca que tiene joroba. Es una de las muchas especies del género que pueblan el océano Antártico, caracterizado por tener una morfología y colores espectaculares, con adornos crestados que recuerdan a los dragones mitológicos.

Otra especie descubierta en 2017 es un escarabajo (‘Nymphister kronaueri’) de menos de dos milímetros de longitud que vive en Costa Rica camuflado entre las hormigas de la especie ‘Eciton mexicanum’, una especie nómada que pasa dos o tres semanas capturando presas y otras dos o tres en un solo lugar. Este diminuto coleóptero se agarra al abdomen de una hormiga obrera cuando la colonia necesita trasladarse.

En la lista también aparece un pez baboso (‘Pseudoliparis swirei’) localizada en el oscuro abismo de la Fosa de las Marianas (Pacífico occidental), el lugar más profundo de los océanos. Mide menos de 10 centímetros y parece ser uno de los depredadores de su hábitat. Fue capturado a profundidades de entre 6.800 y 8.000 metros. Incluso se grabó un ejemplar a 8.143 metros, pero, como no se pudo capturar, fue imposible confirmar si se trata de la misma especie. Se cree que 8.200 metros de profundidad es un límite fisiológico por debajo del cual los peces no pueden sobrevivir.

Lo mismo sucede con la planta (‘Sciaphila sugimotoi’), localidaza en la isla de Ishigaki (Japón). Tiene una altura que ronda los 10 centímetros y unas hermosas flores con tiempos cortos de floración entre los meses de septiembre y octubre. Su mayor particularidad es su condición de heterótrofa, es decir, que no se alimenta por medio de la fotosíntesis, sino que logra su sustento a partir de otros organismos. Mantiene una relación simbiótica con un hongo a partir del cual consigue alimentarse pero sin dañarlo. Es una especie considerada en peligro crítico de extinción, ya que se ha encontrado en solo dos lugares de la isla con una representación total de unas 50 plantas.

El escarabajo ‘Xuedytes bellus’, de unos nueve milímetros de largo y natural de Duan (un área llena de cuevas al sur de China) también está en el ‘Top 10’. Tiene un cuerpo compacto y muy alargado, apéndices en forma de araña y pérdida de alas funcionales, ojos y pigmentación.

La lista incluye un león marsupial extinto (‘Wakaleo schouteni’) que vivió en Australia hace unos 23 millones de años y que vagaba por el hábitat forestal abierto de Queensland. Gracias al material fósil recuperado por un equipo de paleontólogos de la Universidad de Nueva Gales del Sur, se ha podido determinar que este animal pasaba alrededor de 25 kilos y que pasaba parte de su tiempo subido a los árboles. Sus dientes sugieren que era omnívoro.

Por último, el ‘Top 10’ se completa con el orangután ‘Pongo tapanuliensis’, que vive en la isla de Sumatra (Indonesia). En 2001, los orangutanes de Sumatra y Borneo fueron reconocidos como dos especies distintas (‘Pongo abelii’ y ‘Pongo pygmaeus’). Gracias al examen de parámetros genéticos y morfométricos, así como al análisis de variables de comportamiento, un equipo internacional de investigadores aseguró el año pasado que una población aislada en el límite del rango meridional de los orangutanes de Sumatra, en Batang Toru, es otra especie diferente: ‘Pongo tapanuliensis’, de tamaño algo menor al de otros orangutanes, con hembras de 1,2 metros de altura y machos menores de 1,5 metros.

(SERVIMEDIA)
23 Mayo 2018
MGR/caa