Según informó Unicef este viernes, se han instalado unidades de lavado de manos en 277 escuelas y ha dado apoyo a actividades de sensibilización para más de 13.000 niños de Mbandaka, Bikoro e Iboko, las tres zonas afectadas por el brote de ébola en la RDC.

El representante de Unicef en la República Democrática del Congo y que acaba de estar en la región afectada, el doctor Gianfranco Rotigliano, subrayó que “las escuelas son esenciales para involucrar a los niños y sus familias en la lucha contra el ébola. Por eso Unicef está poniendo en marcha en las escuelas medidas para minimizar el riesgo de transmisión, como el lavado de manos o tomar la temperatura a los niños”.

En un comunicado, la organización subrayó que le preocupa especialmente el bienestar de los niños con parientes que han contraído la enfermedad. “Los niños cuyos padres o cuidadores mueren a causa del ébola, o los que viven aislados porque tuvieron contacto con una persona infectada, necesitan apoyo psicosocial para ayudarles a superarlo”, aseguró Rotigliano.

Los brotes de ébola anteriores han demostrado la necesidad de que los trabajadores sociales sean capaces de identificar y asistir a los niños vulnerables. Hay 22 agentes psicosociales, formados por Unicef y sus aliados, proporcionando asistencia a familias afectadas por el brote. Además, este organismo está apoyando con alimentos y kits para sus hogares a 23 niños –y sus familias- con parientes infectados por ébola.