Michael Davis, exniño soldado: “Los niños que viven guerras no pueden ser adultos”

- Huyó de Sierra Leona con 21 años y se instaló en Alemania, donde es trabajador social y músico

- Alrededor de 350 millones de niños y niñas viven actualmente en zonas de conflicto

MADRID
SERVIMEDIA

Los niños que viven en zonas de conflicto rozan en la actualidad los 357 millones, lo que implica que uno de cada seis menores en el planeta está afectado por una guerra. Michael Davis, niño soldado desde los 16 y hasta los 20 años, asegura que estos chavales “no pueden ser adultos” por el “montón de basura que hay en sus cabezas”.

Ahora tiene 39 años, viste como un ‘dandi’ y es trabajador social en Alemania. Su pasado lo ha superado a través de la guitarra y mucha terapia, aunque hasta hace cinco años era incapaz de relatar las atrocidades que vivió como consecuencia de la guerra étnica que atravesó su país, y en la que sirvió como niño soldado.

“Allí tienes suerte o no tienes suerte; yo la tuve, tenía acceso a oro y a diamantes”, explicó en una entrevista con Servimedia tras participar esta mañana en una conferencia organizada por Save the Children en Madrid, donde se expusieron datos como que el número de menores que crecen en conflictos armados ha aumentado en 157 millones en sólo 21 años.

Gracias a esa “suerte” pudo costearse el viaje a Alemania, donde se instaló en un campamento de refugiados con 21 años. Estaba solo -su padre fue decapitado en 1998 y el resto de su familia permaneció en Sierra Leona- y no fue capaz de relatar lo que vivió hasta 2013, con 34 años.

“Tienes tu propio drama y te comes la cabeza; cuando tenía amigos no podía estar mucho con ellos, me ponía agresivo, no dormía por las noches y tenía pesadillas”, explicó. “Es el problema cuando has llevado un arma” siendo un adolescente.

Sin embargo, su silencio durante más diez años estando ya en Europa parece una nimiedad cuando cuenta que otro amigo suyo que vive en Bremen, también de Sierra Leona y niño soldado, continúa sin hablar: “Vive en su propio mundo y no puede ser libre”.

Para Michael Davis, lo “único” que pueden hacer los niños que han vivido la guerra “para limpiar su conciencia y su memoria es trabajar con profesionales”, algo que muchos sólo consiguen cuando logran huir del conflicto. “Con ese montón de basura que hay en sus cabezas no pueden ser adultos”, añadió.

Por fortuna, Sierra Leona es ahora un país relativamente seguro y el conflicto étnico ya no es es protagonista. Según Save the Children, el peor país para ser niño en la actualidad es Siria, seguido de Afganistán, Somalia, Yemen y Nigeria. Este último país cuenta con el 27% del total de niños soldado o relacionados con las fuerzas armadas que se estima que hay en el mundo, 7.734, según Naciones Unidas.

SEGUNDA OPORTUNIDAD

Para él, que ha sido un niño de la guerra y sabe de primera mano lo que son los ‘diamantes de sangre’, lo que vive ahora es una “segunda oportunidad” como trabajador social. De hecho, trabaja con menores con discapacidad y problemas de aprendizaje para que salgan adelante a través de la música.

También es actor y participa en un proyecto cinematográfico que llegará a los cines el año que viene. Además, viste con una elegancia que, en su caso, parece inspirada por los conocidos como ‘sapeurs’ de Congo, apodo ganado por los de la SAPE (Société des Ambianceurs et des Personnes Élégantes), una organización autodenominada de “personas elegantes” que ha creado tendencia en África.

“Trato de sentirme bien conmigo mismo y cuando tengo tiempo, trato de vivir; y vivir alegremente”, destacó Davis, que ya es padre de dos hijos. Ellos, por fortuna, tendrán “oportunidades” y nunca tendrán que empuñar un arma para defender su vida acabando con la de otros, nadie les robará su infancia.

(SERVIMEDIA)
28 Mayo 2018
GIC/gja