Durante su intervención en la Junta General de Accionistas 2018, Osuna comenzó destacando que 2017 “ha sido el año más difícil para OHL en su larga historia debido a la delicada situación financiera” y que ha llevado a “adoptar decisiones difíciles y duras para garantizar la continuidad del negocio”.

Manifestó que la venta de la filial de Concesiones al fondo IFM Investors por 2.158 millones de euros era una operación “imprevista” para la compañía, pero “transformacional”, puesto que con ella se puso “punto y final a las dificultades financieras” obteniendo una posición de caja positiva.

El consejero delegado de la constructora indicó que el ejercicio 2017 ha estado impactado por la “desfavorable evolución de la actividad”, y además, “teníamos unas previsiones de crecimiento, a mi juicio, probablemente muy agresivas, que no se han alcanzado”.

Osuna destacó que el presente ejercicio supone un “punto de inflexión” para la compañía y que tiene aspectos “positivos que nos permiten asentar las bases de una nueva etapa”.

“El negocio regular de construcción es ya rentable y muestra una generación de caja orgánica en 2017”, apuntó.