En declaraciones en los pasillos del Congreso de los Diputados, horas después de su encuentro con Cuixart y el mucho más breve, de “un par de minutos”, con el expresidente de la Asociación Nacional Catalana Jordi Sánchez, Iglesias se declaró “muy satisfecho de que estemos colaborando con el Gobierno”.

Además, reveló que el “equipo” del presidente del Gobierno, Pedro Sanchez, contactó con el Ministerio del Interior y éste le solventó el problema de que “el cambio de guardia hacía que se retrasara la visita” y le facilitó el que, como cargo público, pudiera tener con Cuixart un encuentro sin cristal por medio. “Se coordinó con nosotros y sólo puedo hablar bien de las gestiones del Gobierno para facilitarnos este encuentro”, elogió. “Por supuesto, he informado al presidente del Gobierno y espero que podamos seguir coordinándonos”.

Desde el Ejecutivo explicaron a Servimedia que el trato dispensado a Iglesias es el que se realiza ante cualquier visita institucional. De hecho, indicaron que el líder de Podemos contactó con Instituciones Penitenciarias por su interés de visitar a Cuixart y que le trasladaron que eso debe solicitarlo el preso. Dos días después, a esta administración estatal se le comunicó la solicitud y se le facilitaron todos los medios como cualquier visita institucional, habida cuenta de que se trata de un diputado.

Según las fuentes de Moncloa consultadas, Iglesias tuvo el mismo trato que la senadora independentista y coordinadora general del PDECat, Marta Pascal, que se producía a la misma hora y en una sala anexa con el expresidente de la Asamblea Nacional Catalana Jordi Sànchez.

Por otra parte, en los pasillos del Congreso, el líder de Podemos se mofó de que el PP le haya catalogado como “vicepresidente” por estas iniciativas cuando otros días le describe como “bufón” y se reafirmó en “seguir trabajando para ampliar espacios de diálogo” y en “hablar todos con todos sin excluir ningún tema”.

Iglesias confesó que le “gustaría” tener un encuentro con el presidente de ERC Oriol Junqueras y, aunque con el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont “es un poco más difícil porque está fuera de España”, insistió en que “hay que hablar con todo el mundo”, porque “desde el momento en que estás sentado en la misma mesa el clima cambia por completo y las cosas se racionalizan”. Una actitud que contrapuso a la del PP y Ciudadanos, que “incendiaron Cataluña y España” conduciéndolas a “un callejón sin salida”.