Arenas lleva casi tres décadas en los máximos puestos de dirección del PP, desde el Congreso que en 1990 encumbró a José María Aznar como líder del partido. Previamente se había integrado en el PP en 1989 en el congreso de la refundación en el que Manuel Fraga aglutinó a todo el centroderecha.

Aquel cónclave sirvió para designar a Aznar como candidato a las elecciones generales de ese año. Un año después, Arenas empezó a coger peso en el equipo del entonces joven líder del PP y no se separó de él hasta la pérdida del Gobierno en las elecciones generales de 2004.

Junto a Aznar, Arenas fue vicesecretario general del partido y secretario general entre 1999 y 2003. Además, fue ministro de Trabajo y Asuntos Sociales y también vicepresidente del Gobierno y ministro de la Presidencia tras la elección de Mariano Rajoy como sucesor.

Con Rajoy fue clave en sus casi ocho años en la oposición, aunque siempre en una segunda línea. En el Congreso Nacional de 2008 en Valencia su actuación resultó determinante, junto a Francisco Camps y Ramón Luis Valcárcel, para que el político gallego revalidara mandato frente a las aspiraciones de Esperanza Aguirre, que no se atrevió a dar el paso de presentar su candidatura.

Arenas era junto a Rajoy el único dirigente popular que permanecía en la cúpula del partido desde la etapa de José María Aznar. Hasta ahora había ganado todos los congresos nacionales del partido, primero con José María Aznar y después con Mariano Rajoy.

El triunfo de Pablo Casado le deja fuera del Comité Ejecutivo Nacional y con difíciles opciones de integrarse en la nueva dirección, no tanto por el nuevo líder –con el que mantiene una buena relación personal- como por los apoyos que han sido claves para encumbrarle, como María Dolores de Cospedal y otros dirigentes del PP andaluz peleados con Arenas.