El fallecimiento de dos ciclistas en un accidente ocurrido el fin de semana en Tarragona ha reabierto el debate sobre los conductores que se ponen al volante después de haber consumido alcohol o drogas. En el citado siniestro, el conductor del vehículo implicado es un joven conductor que ha dado positivo en drogas.

En recientes campañas que ha promovido, Tráfico ha detectado conductores de distintos tipos de vehículos que salieron a la carretera bajo los efectos de esas sustancias. Así, del 23 al 27 de julio la DGT desarrolló una campaña en furgonetas en la que controló 37.200 de estos vehículos. En total, fueron denunciados 3.151 conductores y, en concreto, 136 fueron denunciados por ponerse al volante con alcohol y drogas.

En otra campaña, desarrollada por Tráfico los días 7 y 8 de julio, detectó el positivo en alcohol y drogas en 36 motoristas. Durante el citado fin de semana se controlaron 15.000 motos, de las cuales más de 10.000 circulaban por carreteras convencionales, las más peligrosas al disponer sólo de un carril por cada sentido de circulación. En este tipo de vías los agentes interceptaron a 393 motoristas que circulaban incumpliendo la normativa de tráfico y seguridad vial. En autopistas o autovías fueron controlados 4.266 motoristas, de los cuales 84 fueron denunciados.

Según el balance de 2017, consultado por Servimedia, ese año fallecieron 1.830 personas en accidente de tráfico en España. Durante la presentación de estos datos, a mediados de julio, el nuevo director general de Tráfico, Pere Navarro, recordó “la responsabilidad que cada uno de nosotros tenemos, cuando uno del grupo ha bebido o consumido algún tipo de sustancia y le dejamos ponerse al volante, o cuando permitimos que el conductor utilice el móvil durante la conducción. Todos somos responsables y todos podemos evitar un accidente”.