“Todos los afectados reaccionan con un estrés agudo que dura entre 4 y 6 semanas. Si no se hace nada por asistirlos, cerca de un 60% se recuperaría de manera espontánea (sin necesidad de una intervención terapéutica) y un 40% podría acabar desarrollando estrés postraumático. Si se hace el programa de ayuda que se tendría que hacer a todos los afectados, en el caso óptimo, ese 40% pasaría a un 10-12%”, explicó la doctora.

Sin embargo, la directora técnica de la Unidad de Crisis de Barcelona señaló que en los atentados de Barcelona no se pudo hacer todo “porque no se tuvo censado a todos los afectados”. “En este caso, no se llega al 90% óptimo de recuperados y la cifra se quedaría en un 15% o 20%". De todas formas, advirtió de que "hay que tener cuidado con las cifras" porque a los expertos llegan "los casos identificados como mayor riesgo, porque somos una unidad especializada", por lo que la cifra es "aproximada”.

Ingeborg Porcar clasificó los afectados que podrían sufrir estrés agudo en cuatro grupos distintos. En el primero, se encuentran los familiares de las personas fallecidas y los heridos físicos, que son los que tienen más riesgo de generar estrés postraumático. El segundo grupo agrupa los testigos, que, aunque no resultaran heridos físicamente y no perdieran a nadie, estuvieron en el trayecto de la furgoneta y podrían haber perdido la vida. En el tercer grupo, el más numeroso, se sitúan las personas que estuvieron confinados varias horas en las calles adyacentes con una sensación de peligro real. Por último, en el cuarto grupo, se incluyen los intervinientes de los cuerpos de emergencia.

Los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 de agosto del año pasado dejaron 16 muertos y 137 heridos. No obstante, Ingeborg apuntó que, si bien se puede saber el número de personas asistidas, “no se pueden cifras aquellas que no han recibido ayuda”. “Entre otras cosas, porque como muchas están aparentemente ilesas, se marchan a su casa o a su país y no lo sabemos. Estas personas no suelen tener consciencia de que son afectados”, recalcó.

“El primer aniversario es un hito. A muchas de las personas se nos van a reabrir los recuerdos de aquella tarde, de lo que estábamos haciendo aquellos días, y a aquellos que no se han recuperado todavía del todo les va a generar de nuevo un proceso de estrés agudo. El aniversario podría hacer que los que declinaran la ayuda en su momento reciban esa ayuda”, sentenció la doctora.

EL ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

“El estrés postraumático se experimenta cuando vivimos una situación potencialmente traumática. No se da en todos los casos, sino en una minoría, y depende de lo grave que sea la situación y de la interpretación que se haga”, subrayó el presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), Antonio Cano Vindel.

Este trastorno suele aparecer en personas que han vivido sucesos donde suele estar en juego su propia vida o la de otras personas y, según el doctor a la agencia Servimedia, “todos los detalles que rodean el episodio quedan grabados en la memoria del afectado de manera indeleble”.

“Los síntomas del estrés postraumático se pueden clasificar en distintos grupos. Por un lado, existen los síntomas de reexperimentación, es decir, cuando el afectado vuelve a recordar detalles del suceso como si fuera un vídeo o un flashback muy realista. Por otro lado, están los síntomas de activación fisiológica, cuando, por ejemplo, aumenta la tasa cardiaca del afectado”, esclareció Cano Vindel.

Asimismo, según el presidente de la SEAS, estos dos grupos “tienden a producir un tercer tipo de síntomas, llamados ‘síntomas de evitación’, cuando el suceso es tan desagradable que el afectado intenta evitar cualquier otra situación similar”. “Todo este proceso se produce de forma permanente. El afectado puede llegar a agotarse de tal manera, que le resulta difícil mantener la concentración y desarrollar las actividades cotidianas”, aseveró.