Atentado 17-A

Un informe urge a los ayuntamientos a multiplicar los bolardos para evitar atentados

MADRID
SERVIMEDIA

Los ayuntamientos españoles deberían adoptar un “calendario urgente y especial” de instalación de bolardos en sus calles, ya que en otros países está siendo un método eficaz frente a la amenaza yihadista, como lo demuestra el ataque de este pasado martes contra el Parlamento inglés, que no causó fallecidos al estrellarse el coche del terrorista contra unas barreras de protección.

Así se asegura en un informe elaborado por el Instituto Coordenadas con motivo del primer aniversario de los atentados del 17-A en Barcelona y Cambrils, donde los terroristas usaron furgonetas para atropellar a peatones.

Este informe, al que ha tenido acceso Servimedia, lleva por título “Conclusiones equipo de trabajo de seguridad local: 1er aniversario atentado terrorista Barcelona agosto´17”.

El documento ha sido elaborado en varias sesiones de trabajo por expertos del Instituto Coordenadas, que es un centro de estudio y análisis del diseño e implementación de las políticas públicas y económicas.

Los autores de la investigación han llegado a un “consenso pleno” sobre que en los municipios españoles son “prioritarias” las medidas de “protección perimetral física”, que “demuestran ser altamente eficientes en el contexto actual de alta amenaza terrorista”. Se apunta también a que la instalación de bolardos debe hacerse en España con “un plan, un presupuesto y un calendario urgente y especial”, algo que no ha sucedido hasta el momento.

RIESGO DE “RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL”

En el documento, Jesús Sánchez Lambás, vicepresidente ejecutivo del Instituto Coordenadas, alude a que el “abismo” que existe entre “en estructuras pasivas de defensa de los peatones en las ciudades europeas y España" da luhar a una situación "tan bochornosa que se sitúa en el límite de la responsabilidad patrimonial del Estado ante cualquier indeseable incidente”.

A juicio de Lambás, con la instalación de bolardos y otros sistemas de protección de peatones no se busca sólo “prevenir” atentados, sino también “disuadir” a los terroristas y “transmitir la sensación de protección a la ciudadanía en sus aceras y en sus plazas”.

El estudio alude a que el intento de atentado contra el Parlamento inglés de este pasado martes se vio frustrado “gracias a los sistema de protección física”, al tiempo que se añade que el atentado en La Rambla de Barcelona del pasado año “hubiera podido evitarse o minimizarse con una instalación adecuada de bolardos, en cualquier forma y formato”.

TRES TIPOS DE PROTECCIÓN

A este respecto, el informe tipifica “tres niveles de protección perimetral física”, con diferentes bolardos de hierro y hormigón, de forma que las estrategias mundiales deberían “contemplar y desplegar el triple operativo”. Estos sistemas de protección son los “bolardos guía”, los “bolardos anti-terroristas” y los “bolardos de alta seguridad”.

Los “bolardos guía” son los pequeños postes presentes en algunas ciudades y que resultan “especialmente indicados para zonas secundarias y tiene un efecto psicológico”. La “resistente extrema del bolardo” en este caso “no es una prioridad”, ya que pretende “dar seguridad a los peatones, actuar de alerta temprana por el ruido y disuadir las malas intenciones”.

Los “bolardos anti-terroristas” son conocidos entre las Fuerzas de Seguridad y técnicos urbanísticos como “bolardos de choque”, deben contar con una calificación específica y están indicados para proteger la propiedad y las personas contra ataques de todo tipo de vehículos, no solo coches sino camiones.

Por último, los “bolardos de alta seguridad” están destinados para zonas de alto tráfico ciudadano y turístico, que pueden ser objetivo terrorista prioritario. Estos elementos son grandes, robustos y anclados, y son difícilmente estéticos, pero se caracterizan por su potencia de frenada, en seco, la colisión frontal y lateral en seco y causar daños irreversible al vehículo atacante.

(SERVIMEDIA)
19 Ago 2018
NBC