La víctima murió en el garaje donde guardaba su vehículo a consecuencia de tres impactos de bala, uno en el tórax y dos en la cabeza, el 7 de diciembre de 2017.

Desde el comienzo de la investigación, los agentes encargados del caso apuntaron al entorno más próximo de la víctima, ya que los autores eran conocedores de que el fallecido padecía una enfermedad que le obligaba a permanecer aislado. Este dato hizo pensar a los agentes que el responsable del crimen podría ser alguien cercano a él.

Gracias a las primeras pesquisas, los investigadores acotaron el círculo de los posibles responsables y se centraron en dos personas, la pareja del fallecido y el hombre con el que ésta comenzó a convivir después de producirse el homicidio.

Avanzadas las investigaciones, y después de que los agentes realizaran nuevas gestiones, averiguaron más datos que permitieron desmontar la coartada de los sospechosos.

Tras analizar todos los datos recopilados, los agentes arrestaron a los dos investigados y constataron que, presuntamente, el hombre fue el autor material de los hechos. Los dos detenidos ya han sido puestos a disposición de la autoridad judicial, que ha decretado su ingreso en prisión.