Emisiones

El gas natural en el transporte afecta al clima tanto como el diésel o la gasolina

- No reduce las emisiones de gases de efecto invernadero ni mejora la calidad del aire, según un informe europeo

MADRID
SERVIMEDIA

Utilizar gas natural en el transporte no proporciona ventajas significativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero o mejorar la calidad del aire y sus efectos para el clima son similares a los de la gasolina, el diésel y los combustibles marinos convencionales.

Ésta es la principal conclusión del informe ‘GNC y GNL para vehículos y buques: los hechos’, elaborado Transport and Environment (T&E), una federación europea con sede en Bruselas (Bélgica) formada por 58 organizaciones en 26 países, entre ellas cuatro de España: Ecologistas en Acción, Ecodes, PTP (Asociación para la Promoción del Transporte Público) y Eco-Unión.

En relación a la calidad del aire, el informe, hecho público este miércoles, indica que quemando gas en los coches se genera tanta contaminación como quemando gasolina. Respecto a los vehículos diésel, la ventaja en términos de calidad del aire del gas natural comprimido (GNC) y el gas natural licuado (GNL) es mínima y puede desaparecer en cuanto se hagan efectivas las nuevas exigencias ya planeadas.

El estudio indica que las supuestas ventajas climáticas del gas natural en el transporte respecto al petróleo no son tales cuando se contabilizan los efectos de las fugas de metano (un gas con un potencial de calentamiento 86 veces superior al del CO2 en los 20 primeros años de vida.

En el caso de los turismos, las emisiones de gases de efecto invernadero del gas natural oscilan entre -7% y +6% en comparación con el diésel. Las emisiones en los camiones de última generación varían entre un -2% y un +5% respecto del gasóleo. Y el impacto del GNL en las emisiones de los buques es muy similar al del gasóleo marino (entre -12% y +9%), aunque estas cifras dependen de las fugas de metano en el motor y en el proceso de extracción.

“No hemos encontrado ninguna prueba que respaldara el ahorro teórico de los vehículos a gas en base al menor contenido de carbono del combustible. En realidad, la baja eficiencia del motor a gas a menudo neutraliza el beneficio del combustible en sí a nivel del tubo de escape”, apunta el trabajo.

FUGAS DE METANO

El informe indica que investigaciones recientes muestran que las fugas reales de metano a lo largo de toda la cadena de suministro del gas natural (extracción, transporte y repostaje) son en realidad un 60% mayores de lo que se había calculado hasta ahora. Estos datos tiran por tierra el argumento del gas natural como combustible ‘limpio’ o ‘de transición’ hacia las renovables.

Ecologistas en Acción subrayó que el sector del transporte, con los fabricantes de coches a la cabeza, está inmersos en promocionar el gas como combustible del futuro, lo que se traduce en una cuota de mercado creciente impulsada por el apoyo de las administraciones públicas mediante ventajas fiscales al considerarlo como ‘combustible limpio’.

En España el gas disfruta de un impuesto 88% inferior al del gasóleo y un 91,4 % inferior al de la gasolina. Esta situación de ventaja fiscal es general en toda Europa y en algunos países con elevadas ventas de vehículos con GNC y GNL, el gas fósil se grava con impuestos inferiores.

“El Gobierno español debería, por tanto, dejar de subvencionar la compra de vehículos de gas. Asimismo, las administraciones municipales deben de retirarle la consideración de vehículo limpio a la hora de establecer criterios de acceso al centro de las ciudades o de renovación de los vehículos de los servicios municipales”, añadió Ecologistas en Acción.

El informe indica que los turismos, camiones y buques a gas no tienen beneficios para el clima y son una distracción para conseguir el objetivo real, que es un modelo de transporte con cero emisiones, basado en unas ciudades donde se priorice el transporte público y en el fomento de los desplazamientos a pie y en bicicleta. “Los gobiernos deben resistir la ofensiva del lobby del gas y dejar de malgastar recursos públicos escasos en infraestructuras de gas y en beneficios fiscales para el gas fósil. El informe muestra como el gas no es una solución tampoco para enfrentar el problema de la calidad del aire en las ciudades”, agregó T&E.

Las entidades españolas que forman parte de T&E indicaron que "la idea de que se puede descarbonizar el transporte con gas renovable es una quimera". "Los gobiernos deben abandonar la promoción de este combustible de forma inmediata si se quiere cumplir con los objetivos del Acuerdo de París”, concluyeron.

(SERVIMEDIA)
24 Oct 2018
MGR/caa