Así lo indicó este martes la universidad en una nota de prensa en la que subrayó que la sumisión química “no se produce solo cuando un delincuente suministra a una víctima una sustancia que provoca la pérdida de voluntad”. “También puede ser oportunista, cuando el delincuente aprovecha que la víctima ha ingerido de forma voluntaria alcohol u otro tipo de drogas para cometer abusos de todo tipo contra ella”, precisó.

Impulsada a través del Vicerrectorado de Estrategias y Planificación, dentro de las ‘Acciones Innovadoras de Impacto Institucional’ seleccionadas durante el curso, esta iniciativa arrancará este miércoles con una reunión de toma de contacto que tendrá lugar en el aula magna de la Facultad de Farmacia.

Se desarrollará hasta el mes de febrero a través de diversas acciones formativas e informativas entre las que se incluyen talleres, conferencias, acciones de divulgación a pie de calle, vídeos, páginas web o encuestas.

En ella participan alumnos de Farmacia, Criminalística, Biología y Derecho y ADE bilingüe que serán divididos en equipo y, en el marco de asignaturas relacionadas con la química, la toxicología, la legislación o la comunicación, diseñarán planes para concienciar a sus iguales sobre la necesidad de reconocer qué es el fenómeno de los abusos sexuales mediante sumisión química y cómo puede producirse sin que exista un presunto delincuente.

“El curso pasado realizamos una encuesta entre el alumnado y comprobamos que la mayor parte consideraba que los abusos sexuales por sumisión química ocurrían fundamentalmente cuando alguien te añade en la bebida burundanga. Sin embargo, la mayoría no reconocía el riesgo asociado al consumo abusivo de alcohol a la hora de ser víctima de abusos sexuales de tipo oportunista”, señaló la coordinadora del proyecto, la profesora Gemma Montalvo, del grupo de investigación Cinquifor de la UAH.

A este respecto, el profesorado involucrado se plantea como una “necesidad urgente" la toma de conciencia sobre esta problemática para la prevención de conductas de riesgo relacionadas con los abusos sexuales facilitados por drogas.

Según destacó Montalvo, la finalidad del proyecto es que los jóvenes sean conscientes de que el alcohol y otras drogas pueden conducir a un estado de vulnerabilidad, sobre todo si se combinan con medicamentos de uso frecuente, como antihistamínicos o antidepresivos, así como concienciar acerca del consentimiento válido y el respeto a la hora de entablar relaciones interpersonales en el contexto de ocio juvenil.