Todos ellos pertenecen al Grupo Peregrino que, en colaboración con Proyecto Salvavidas, ha instalado en sus locales desfibriladores externos para asistir a una persona en caso de parada cardiaca, un tipo de afectación que provocó en 2016 unos 30.000 fallecimientos, según el Instituto Nacional de Estadística.

Fuentes del grupo empresarial explicaron que gracias a este tipo de aparatos y a que el personal de hostelería ha recibido capacitación básica para hacer frente a estas situaciones, se podrá cardioproteger a los comensales y a los propios empleados.

Señalaron que su intención es llevar la cardioprotección fuera del ámbito sanitario y acercarlo a la hostelería y explicaron que la instalación de desfibriladores en Madrid es obligatoria en lugares como colegios, centros deportivos y estaciones de metro desde que en 2017 entró en vigor la normativa que los regula.

Grupo Peregrino encabeza un listado de treinta restaurantes madrileños que dispondrán en los próximos días de desfibriladores externos semiautomáticos para eviatar las muertes súbitas que se producen por problemas cardíacos.