Según informó Iberdrola en un comunicado, esta operación forma parte de la estrategia de rotación de activos del grupo -desinversiones de 3.000 millones de euros previstos hasta 2022, de los que ya se han materializado 1.200 millones- y convierte a su filial británica, Scottish Power, en la primera energética 100% renovable del país.

Además, la compañía continuará aumentando su capacidad eólica, con una cartera de proyectos superior a 3.000 megavatios (MW).

Según los términos del acuerdo, se mantiene la fecha de finalización de la transacción el 31 de diciembre de 2018, así como de los mecanismos de ajuste de precio.

Asimismo, Iberdrola participaría en aquellos beneficios que excedan los previstos por Drax en el plan de negocio de SPG en 2019, mientras que Drax obtiene una protección con respecto a los pagos de capacidad en un período limitado (nueve primeros meses de 2019).

En concreto, si el beneficio bruto de SPG en 2019 supera los 165 millones de libras esterlinas, Drax pagaría a Iberdrola hasta un máximo de 26 millones, y Drax, por su parte, recibirá hasta un máximo de 26 millones por pagos de capacidad a recibir en los nueve primeros meses de 2019, siempre que SPG no alcance el mínimo del beneficio bruto contemplado en el plan de negocio para 2019, que es de 155 millones de libras.