El Estado Mayor de la Defensa (Emad) informó de que el ‘Relámpago’ evaluó las averías de esas embarcaciones y concluyó su incapacidad para navegar por sus propios medios, lo que provocó que las remolcaran hasta un puerto seguro. Ya en tierra firme, las autoridades locales se hicieron cargo de esas embarcaciones, arrestando a los tripulantes de una de ellas.

El buque español recibió información de dos embarcaciones a la deriva a través del avión de patrulla marítima español también desplegado en la operación Atalanta. El ‘Relámpago’ las detectó durante la noche y tras constatar que las vidas de sus tripulantes no corrían peligro se preparó para auxiliarlos al día siguiente.

Al amanecer, el ‘Relámpago’ destacó una de sus embarcaciones a ambos ‘dhows’ con alimentos, agua y personal cualificado para efectuar las reparaciones oportunas. Estos efectivos constataron que las averías eran irreparables, por lo que se decidió su remolque a puerto seguro.

Los tripulantes, de origen yemení y somalí, llevaban a la deriva siete y once días, respectivamente, cuando los localizó el buque de la Armada, en condiciones precarias y con existencias de aguas y víveres muy limitadas.

La transferencia a autoridades somalíes en la región de Puntland (al noreste de Somalia) tuvo lugar en el puerto de Bosaso, en coordinación con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) en el Cuerno de África y la Policía Marítima del referido puerto.

Los tripulantes de la embarcación somalí fueron arrestados cautelarmente por ser sospechosos de haber cometido actividades ilegales en aguas somalíes, siendo finalmente puestos en libertad y permaneciendo atracados en el puerto de Bosaso mientras la investigación siga en marcha.