Así se pronunció el jefe de la diplomacia española, en una entrevista en Cope recogida por Servimedia, en la que explicó que el mantenimiento del orden público en Cataluña es competencia de la Generalitat e indicó que últimamente se han producido "episodios puntuales y concretos, pero lamentables" en los que los Mossos d`Esquadra "no han sido capaces o no les han dejado mantenerlo. Eso no puede volver a ocurrir".

Se refería, de esta manera, al bloqueo de carreteras por parte de los CDR, una situación que motivó que el Gobierno advirtiera a la Generalitat de que si se repite la pasividad de los Mossos ante este tipo de situaciones estará obligado a ordenar que intervengan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado

Desdeñó la posibilidad de aplicar el artículo 155 de la Constitución, ya que no es necesario su aplicación para movilizar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a la hora de "mantener el orden público".

Por ello, indicó que la clave estriba en saber si la Generalitat será "capaz de mantener la situación en Barcelona" el día que el Consejo de Ministros tiene previsto reunirse allí. Esto le sirvió para preguntarse las razones por las que éste no puede celebrarse en Barcelona, como anteriormente lo hizo en Sevilla y tiene previsto hacerlo próximamente en otras ciudades españolas.

Por otro lado, indicó que el actual Gobierno heredó una situación de "mucha crispación" que requería realizar un "esfuerzo para volver a la normalidad en beneficio de la gente". Apuntó que "en la crisis de Cataluña, que es de España, hay una serie de problemas que se pueden resolver a través del diálogo y de la concertación", aunque reconoció que también existen "problemas imaginarios" que son irresolubles por "ser falsos", como el supuesto beneficio de 16.000 millones de euros que los independentistas defienden que la independencia reportaría a Cataluña.

Borrell también se refirió a la reciente visita del presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, a Eslovenia y a su referencia a la 'vía eslovena' para alcanzar la independenicia. Lo hizo para dejar claro que "cualquier comparación entre la Eslovenia de 1991 y la Cataluña de 2018 no tiene ningún sentido".

También llamó a desdramatizar la visita de Torra a Eslovenia, puesto que únicamente consiguió ser recibido por el presidente del país, una figura simbólica pero sin poder, y por el alcalde de Liubliana, pero no por el primer ministro. A ello, añadió que en ningún momento las autoridades eslovenas se pronunciaron a favor de las tesis independentistas.