Así lo trasladó el propio presidente y miembros del Ejecutivo durante varias conversaciones informales con periodistas en la tradicional Copa de Navidad celebrada este mediodía en el Palacio de la Moncloa. “Si Torra no quiere que nos veamos, el verá”, afirmó Sánchez, extrañado del boato que se le ha dado la reunión.

Sánchez trasladó la sensación de que “todo depende” del presidente catalán porque “no sé ahora mismo qué pasará”, aunque se mostró confiado en que finalmente habrá esa reunión.

Otras personas de su gabinete, que están trabajando para conseguir el encuentro, creen que Torra aceptará la entrevista personal, aunque sea en el último momento, pero explican que desde La Moncloa no quieren presionarle y por eso dejan en sus manos la decisión.

Sin embargo, el entorno del presidente del Gobierno de España considera que a Torra no le queda más remedio que aceptar la reunión propuesta por Sánchez porque "más del 80% de los catalanes" vea positivo que tenga lugar.

En esa cita, Sánchez quiere hablar con Torra para que saque adelante temas de gestión porque en el Parlament no se ha aprobado todavía ninguna ley desde que es presidente.

Sánchez cuestiona que se vea como “provocación” la reunión porque no es más que la cita con Torra, el “máximo representante del Estado en Cataluña”. Y ahondó en que además de esta conversación, el presidente catalán “también tiene que dialogar con la otra parte de Cataluña”.

En ese sentido, habló de herencia recibida por la situación actual con políticos en prisión que enrarecen la cuestión política. Ante eso, reconoció, “no puedo hacer nada”.

Así consideró que está “mal” mezclar lo judicial con lo político y en Cataluña ha habido “mucho de eso” en estos últimos años.

PRESENCIA INSTITUCIONAL

Aunque en el Ejecutivo son conscientes del “necesario” refuerzo policial para garantizar la seguridad en la Ciudad Condal, consideran que al final se instalará el “sentido común” y que no habrá más que legítimas protestas.

Un miembro del Gabinete de Sánchez cree que no se puede dar la sensación de “un gobierno secuestrado ni un gobierno invasor” y de ahí la apuesta hasta el último momento de que “diálogo” con el Ejecutivo catalán y la mano tendida a la reunión, que no es más que la “vuelta” de la que se celebró en julio en Moncloa entre Torra y Sánchez.

El propio presidente remarcó que el formato será el mismo que en Sevilla cuando, el viernes tras el Consejo de Ministros, se reunió a continuación con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en la sede del gobierno autonómico.

Desde el Gobierno insisten en que no se podía dar marcha atrás a la reunión del viernes una vez que se anunció porque es una muestra de “normalidad” y de demostración de que fuerza del Estado en todo el territorio nacional.

Sánchez señaló que irá “bien” el Consejo porque Cataluña también es su “responsabilidad” y dar muestras de que “el Estado no ha desaparecido allí”.

Precisamente, en la reunión del Gabinete se hablará de inversiones para Cataluña y de cuestiones “simbólicas” que remarcarán la apuesta del Estado por esta comunidad.

Antes de la cita del viernes, La Moncloa no confirma qué miembros del Ejecutivo o si el propio presidente, irá a la entrega de premios de Foment del Traball. Lo que sí matizaron fuentes gubernamentales es que si va el presidente le acompañará apenas un ministro y, en caso de que Sánchez no vaya, no irán seis ministros, como se ha publicado, sino un par de ellos.

El presidente del Gobierno avanzó que Extremadura será el destino de la próxima reunión del Consejo de Ministros que se celebrará fuera de Madrid, tras la Barcelona de este viernes 21 de diciembre y de la de Sevilla del 26 de octubre.