Así lo puso de manifiesto este miércoles la Asociación de Empresarios Artesanos del Sector de la Pastelería de Madrid (Asempas), cuyas estimaciones sitúan la media de consumo por persona en 260 gramos.

Tras precisar que los madrileños prefieren piezas de 500 gramos y un 45% se decanta por el producto relleno de nata o trufa, la organización subrayó que el precio apenas experimenta variación respecto al año pasado.

Por otro lado, el presidente de Asempas, Juan Antonio Martín, mostró, a través de un comunicado, su “seria preocupación” por el aumento de la venta de roscones de “baja calidad, elaborados mucho antes de su consumo y siguiendo un proceso de congelación”. Sin embargo, constató también la "creciente tendencia" por adquirir el roscón realizado artesanalmente y consumido unas horas después, circunstancia que, a su juicio, “viene a significar que cada día se demanda más y mejor calidad”.

Entre los valores de calidad que defiende la asociación, destacó el cumplimiento de la normativa técnico sanitaria vigente, así como el proceso artesano y tradicional que siguen las pastelerías de Madrid.

Por otra parte, animó a los consumidores madrileños a adquirir en los establecimientos con el distintivo de calidad de la Asociación de Empresarios Artesanos del Sector de la Pastelería de Madrid este producto, conocido en un principio como Pan de Reyes y que nació en Francia durante el reinado de Luis XV.