Según informó la Policía Nacional, la investigación se inició en agosto del pasado año cuando el responsable de una empresa de transportes denunció la sustracción de terminales móviles de su flota de vehículos, encargada de repartir mercancía a un conocido establecimiento de informática y electrónica. Los agentes averiguaron que los robos se producían en Logroño, destino final de la ruta, y cuando el trayecto era realizado por un conductor concreto.

El trabajador aprovechaba su condición de empleado para acceder a la mercancía rompiendo la cubierta y el plástico de los palés y así sustraer varios paquetes que contenían los teléfonos. Asimismo, los investigadores constataron que posteriormente tanto sus familiares como amigos vendían los teléfonos en tiendas de compra-venta de la ciudad riojana y a terceros. Incluso algunos móviles eran utilizados por ellos mismos, logrando un beneficio económico que superó los 30.000 euros.

A finales de año los agentes lograron la identificación de los integrantes del grupo y la detención de todos ellos consiguiendo recuperar 35 teléfonos móviles valorados en más de 7.000 euros. Un total de siete personas han sido detenidas como presuntas responsables de un delito contra el patrimonio y pertenencia a grupo criminal.