Ampliación
Juicio Procés

Junqueras se considera un “preso político” y defiende que “nada de lo que hemos hecho es delito”

- Asegura que sigue apostando por el diálogo aunque “la silla de enfrente siempre está vacía”

- El exvicepresidente declara en castellano y decide no responder a las acusaciones

MADRID
SERVIMEDIA

El que fuera vicepresidente de la Generalitat de Cataluña Oriol Junqueras aseguró este jueves que se considera “un preso político”, en respuesta a preguntas de su abogado Andreu Van den Eynde. Insistió en que no renuncia a sus ideales, afirmó que “nunca, nunca, nunca” se ha recurrido a la violencia para alcanzar la independencia y que “nada de lo que hemos hecho es delito”.

Junqueras ha decidido declarar en castellano en esta tercera sesión del juicio por la organización del 1-O, en el que se enfrenta a una pena de 25 años de cárcel como cabeza visible del `procés´, tras la decisión del tribunal de autorizar sólo la traducción sucesiva. En sus primeras palabras ante el tribunal dijo que no va a “renunciar a sus convicciones democrática”, que se considera en situación de “indefensión” y que entiende que está acusado “por mis ideas y no por mis hechos”.

En una declaración encendida por momentos, Junqueras detalló ante el tribunal el proyecto político de su partido, ERC. Aseguró que su objetivo es explicarse "más y mejor, intentando convencer, construyendo mayorías democráticas y generando consensos en la sociedad".

"No somos enemigos de nadie", dijo antes de reafirmar en varias ocasiones que “las movilizaciones en Cataluña han sido siempre pacíficas, ejemplares, cívicas y responsables. Lo dicen todos los medios de comunicación del mundo".

Defendió, como vienen haciendo el independentismo, que "votar en un referéndum no es delito. Nada de lo que hemos hecho es delito. No hemos cometido ni uno de los delitos que se nos quieren atribuir", dijo el exvicepresidente con énfasis y emocionado, antes de causar a la Fiscalía de "retorcer absolutamente la argumentación" para considerar delito actos que no lo son.

Insistió en uno de los momentos en los que se expresó con mayor pasión que su objetivo político sigue siendo encontrar una salida a la situación actual mediante el diálogo. “Proponemos un diálogo, insistimos, pero la silla de enfrente está siempre vacía. Siempre se niega el diálogo, la silla siempre está vacía”, se quejó.

LA CÁRCEL NO ES SOLUCIÓN

"Que esto no se resuelve poniendo a la gente en la cárcel es clarísimo", explicó el que fuera 'número dos' del Ejecutivo catalán, que se encuentra en prisión preventiva desde noviembre de 2017 y que poco después afirmó en referencia al referéndum del 1 de octubre prohibido por el Tribunal Constitucional que “votar no es un delito, no está en el Código Penal. Impedir que se vote por la fuerza, sí que lo es”.

Al inicio de su declaración, Oriol Junqueras dijo estar “en una situación de indefensión porque estoy seguro de que se me acusa por mis ideas y no por mis hechos. Estoy en un juicio político. Soy un representante electo. No contestaré a las preguntas de las acusaciones" (Fiscalía, Abogacía del Estado y Vox) optando por responder solamente a las preguntas de su abogado Andreu van den Eynde.

Su defensa barajó en las últimas semanas esta posibilidad, y sólo en los últimos días volvió a valorar la opción de responder a las preguntas de la Fiscalía, aunque finalmente ha optado por no hacerlo, en una decisión que le permite la ley, pero que no es inocua a la hora de dictar sentencia.

Junqueras defendió sus valores "humanistas", afirmando que “que no puede haber ninguna duda sobre su "compromiso" con el humanismo cristiano y con los derechos humanos. Libertad, igualdad y fraternidad son mis principios", aseveró.

Hizo un auténtico alegato en defensa del "derecho a decidir", que no es otra cosa que la opción que asiste a una “comunidad política para que pueda decidir sobre su futuro". "Este derecho de autodeterminación ha sido aplicado en innumerables ocasiones [...] en democracias occidentales tan consolidadas como Suecia respecto a Noruega o Canadá respecto a Quebec".

Ilustró esta afirmación explicando que ese derecho de autodeterminación se ha aplicado en innumerables ocasiones "en buena parte de Europa", en "democracias de tipo liberal" como Suecia, Dinamarca, Reino Unido o Canadá, detallando que, por ejemplo, en Canadá la justicia consideró que había que dar salida a las reivindicaciones de los ciudadanos, de la que se derivó una ley de claridad.

"Nosotros entendemos el derecho de autodeterminación como la aplicación del derecho democrático" para dar respuesta a las reivindicaciones ciudadanas. "Es lo que nosotros hemos intentado, lo seguimos intentado y seguiremos intentando siempre sea cual sea el resultado de este proceso", aseguró .

Junqueras relató su tardía llegada a la política de la mano de ERC y elogió la trayectoria de su formación: “ERC es un partido con 88 años de historia, que siempre ha luchado por las libertades, que defiende la justicia social y la igualdad de oportunidades, que defiende la independencia de Catalunya y un partido que, si me permiten la reflexión, no tiene ningún caso de corrupción".

Sobre él mismo y sus compañeros de militancia dijo que “antes que independentistas, somos buenas personas y eso es lo que nos lleva a ser independentistas”. Más que “ser”, afirmó, “estamos independentistas” hasta lograr sus objetivos para Cataluña, mientras que “republicano y demócrata no dejaré de serlo”, puntualizó.

La Fiscalía solicita en total 176 años para los 12 acusados, entre los que están también la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, el entonces líder de ANC, Jordi Sànchez, y el de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, y ocho exconsellers del Gobierno que presidía Carles Puigdemont.

Junqueras está acusado de delitos de rebelión y malversación de caudales públicos, al igual que los exconsellers Joaquim Forn, Jordi Turull, Josep Rull, Raül Romeva y Dolors Bassa, que se encuentran también en prisión preventiva. Para ellos, el ministerio público pide 16 años de cárcel.

El líder de ERC se encuentra en prisión provisional. La Fiscalía le pide 25 años de prisión y 25 de inhabilitación absoluta por rebelión y malversación de fondos públicos. La Abogacía del Estado pide 12 años de prisión y el mismo tiempo de inhabilitación absoluta por sedición en concurso medial con malversación, es decir, que uno de los delitos no puede darse sin el otro.

La declaración de Junqueras no fue en ningún momento interrumpida por el tribunal. Hizo una encendida defensa de sus convicciones, tanto fue así, que consciente de su ardor en algunos momentos, llegó a decir al tribunal que le frenara si lo veía pertinente. Tras una hora de declaración, el presidente del tribunal Manuel Marchena acordó un receso, del que se quejó Junqueras con ironía: “¡ahora que íbamos lanzados!”.

(SERVIMEDIA)
14 Feb 2019
SGR/ICG/gja/nbc