Rivera intervino ante los diputados de Ciudadanos en la que será una de las últimas semanas de actividad parlamentaria antes de la disolución de las cámaras por la convocatoria electoral, y subrayó el "milagro" de haber llegado a acuerdos que han condicionado la acción de gobierno con solo 32 diputados y a pesar de la "maldita" ley electoral.

Considera que han sido capaces de "liderar" la agenda política "desde el centro" después de haber desbloqueado la legislatura. "Nos mojamos por España", sentenció, y ahora Ciudadanos va a las elecciones con "la tranquilidad y la convicción" de haber pensado más en el país que en el partido, más "en valores que en etiquetas".

Agradeció por ello la generosidad y la responsabilidad de los diputados de Ciudadanos y se declaró "muy orgulloso" de encabezar un proyecto que puede llegar al Gobierno. Para la próxima legislatura, dijo a los suyos, hay que encargar "salas más grandes" para las reuniones "porque vamos a ser muchísimos más" y van a propiciar "un cambio de gobierno y un cambio de era".

Se reafirmó en el objetivo de "echar a Sánchez" de La Moncloa para que el PSOE se vaya a la oposición, algo que juzga "fundamental" y "necesario" para demostrar esa alternativa, y marcó distancias con el PP porque, explicó, el día siguiente de las elecciones no es lo mismo ser conservador que liberal, llevar a las espaldas casos de corrupción o estar "limpio", encarnar el pasado o el futuro.

Se mostró convencido, además, de que Sánchez está decidido a "reeditar el acuerdo con los golpistas que han intentado romper" España si tiene oportunidad de ello, lo cual demuestra la "gran decisión" que ha tomado la dirección de Ciudadanos al anunciar que no pactará con el PSOE tras las elecciones con quien es "un problema" al tener como "aliados" a los separatistas.

Con un Gobierno de Ciudadanos, aseguró, los separatistas "nunca más van a mandar" en las decisiones que afecten a todos los españoles ni podrán "mofarse" de ellos, llamándoles "bestias taradas" y a la vez "entrar por la puerta grande de La Moncloa". "No van a poder torcerle el brazo al pueblo español", aseguró, "chantajeando electoral o aritméticamente" a las mayorías porque habrá "alianzas entre los que defendemos España".

Explicó que su objetivo es "agrandar" el centro político para "volver a tender puentes" entre los constitucionalistas y poner fin a la etapa de "confrontación, etiquetas y trincheras" de Sánchez. Se mostró convencido de que "hay partido, lo vamos a jugar bien" y Ciudadanos llegará al Gobierno.