Así se pronunció durante una entrevista en Servimedia, coincidiendo con el inicio de la cumbre convocada por el Papa en el Vaticano sobre la protección de los menores en el seno de la Iglesia, a la que asisten 190 líderes católicos, entre ellos el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez.

Durante su intervención en la apertura del encuentro, el Papa pidió a los obispos “medidas concretas” para atender a las víctimas de abusos. En esta línea, Argüello considera una “buena idea” que se impulse desde la CEE un centro de referencia a nivel nacional para atender a las víctimas, como los que se han promovido en otros países. Ese servicio, concretó, tendría que funcionar “respetando a cada diócesis”.

El secretario general de los obispos precisó asimismo que “en muchas diócesis de España no se tiene experiencia de que haya habido alguna denuncia”, aunque “seguro que hay una realidad oculta”, reconoció: “Es verdad que estamos siempre hablando de una revisión del pasado, de una forma de gestión no correcta y que da pie a casos de ocultamiento y que pudiera haber, y seguro que hay, una realidad oculta de los abusos. Pero la realidad que ha surgido a la luz (…) [es que] en los últimos 30 años de los 40.000 casos de abusos que han llegado a los tribunales, 36 han afectado a clérigos”.

Sin embargo, “en procesos canónicos ha habido más de 36”, pues, según agregó, la Iglesia ya daba una prescripción mayor de la contemplada por la ley civil más amplia para los abusos a menores.

HACE DÉCADAS

Respecto a los citados encuentros, el portavoz de los obispos precisó que “en la mayoría de los casos” se trataba de víctimas que sufrieron esa experiencia “hace décadas” y que no siempre tienen “un deseo de comparecer en la plaza pública y con las consecuencias que a veces en la propia vida familiar o social pudiera tener”. “Cada uno es muy dueño de querer vivir incluso sus propias heridas de una manera discreta, lo cual no nos exime a nosotros de la acogida, del ofrecimiento o de todos los apoyos para lo que pueda haber de curación”, indicó.

Argüello subrayó que la convocatoria de la cumbre de protección de menores del Vaticano coincide con otras medidas en las que la Iglesia española ya venía trabajando, como la puesta en marcha del plan de formación de los seminaristas y de la formación permanente del clero, que trata de cuidar especialmente la formación afectivo sexual y de las relaciones.

PONERSE AL DÍA

“Es un tipo de medida que es de onda larga de la formación de sacerdotes en España”, dijo sobre esa formación, a la vez que apuntó a la revisión de los protocolos de actuación ante casos de abusos y a otros esfuerzos “interesantes” que se están haciendo sobre el tema en las diócesis, congregaciones y otras entidades religiosas. “Seguro que con el nuevo impulso nos pondremos al día”, añadió en referencia a la cumbre vaticana.

El secretario general reconoció asimismo que cambiar de destino a un abusador "no era la solución adecuada", porque podía reincidir, y dijo que la reacción ante un caso pasa por abordar los hechos y pensar en políticas de formación y prevención. "Y llamarnos, por activa y pasiva, no tener como pauta de actuación mirar para otro lado y quitar importancia a los asuntos", sentenció.

También confesó que en la Iglesia los abusos se asumen "como una tremenda desgracia" y que les gustaría "compartir" la experiencia "con otras realidades sociales" donde también se producen, para garantizar que los menores "estén seguros en cualquier caso", "aun sabiendo que la condición humana puede provocar comportamientos que no se es capaz de erradicar al cien por cien".