En la intervención final de su comparecencia en el Congreso de los Diputados, afeó al presidente del PP, Pablo Casado, que “ha reducido todo al insulto”, insistió en que la posición del Gobierno español ha coincidido con el peruano en relación a Venezuela aunque no le aplaudiera en el acto anterior y tachó de “infantil” que el PP se fijara en este detalle. “Cae en el ridículo”, le espetó.

En esa línea, esgrimió que el PSOE no reconoció las elecciones presidenciales de mayo de 2018 cuando estaba en la oposición y, de nuevo, le echó en cara que Angela Merkel y Emmanuel Macron estén de acuerdo con él, y “muchos países han seguido la línea de España”, y en cambio la derecha española no.

Agrupando a PP y Ciudadanos, les pidió “que no mientan de manera tan descarada” para no quedar “en ridículo” y les acusó de haberse radicalizado por Vox. Al PP le afeó “banalizar la violencia de género” cuando “es una cuestión de Estado, de sociedad”, no privada, y a Casado en particular haberle rechazado cuatro pactos de Estado rompiendo el consenso necesario en migración y el conflicto catalán.

Respecto a éste último, pidió al PP “algo de solidaridad” porque el PSOE estuvo del lado del Gobierno de Mariano Rajoy en 2017. “Después del 28 de abril, hagan lo que hizo el PSOE en la oposición”, terminó, dando por hecho que él seguirá gobernando.

Al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, le criticó por supuestamente “machista” haber presentado como una pérdida de categoría el tránsito entre Alfonso Guerra y Adriana Lastra; le negó toda lección de constitucionalismo o igualdad de género y le pidió “que sea tolerante” para admitir otras concepciones dela Constitución distintas de la suya.

Finalmente, al portavoz de ERC, Joan Tardà, volvió a pedirle que los independentistas “pidan disculpas” por la “injusticia tremenda con la Historia” de que grupúsculos de esa ideología lanzaran insultos de fascistas a los socialistas que visitaron con él las tumbas de Manuel Azaña y Antonio Machado.