Juicio Procés

Trapote dice que hubo 65 policías lesionados durante el 1-O y que ignora el número de ciudadanos que sufrieron lesiones

- El comisario relata "enfrentamientos" entre mossos y policía ante la "pasividad" de la policía autonómica

MADRID
SERVIMEDIA

El comisario de la Policía Nacional de Cataluña Sebastián Trapote declaró este jueves como testigo en el juicio por el ‘procés’ independentista de Cataluña, donde afirmó que los policías lesionados durante el referéndum del 1-O fueron 65, en concreto, apuntó, “24 en Barcelona, 20 en Lleida, siete en Girona, siete en Tarragona, seis en Sabadell y uno en Hospitalet”, en cambio aseguró ignorar la cantidad de civiles atendidos.

Así se manifestó Trapote ante la sala del Tribunal Supremo que juzga a los líderes del independentismo por la convocatoria y celebración del referéndum del 1-O. Ese día, explicó, “documentado con partes facultativos y actas, resultaron heridos 65 policías: 24 en Barcelona, 20 en Lleida, siete en Girona, siete en Tarragona, seis en Sabadell y uno en Hospitalet”. Del total, “casi todos se produjeron en intervenciones en centros electorales, si hay alguno que no fue por eso lo desconozco, pero como están las actas perfectamente redactas y los partes facultativos, ahí consta cómo se ha producido la lesión, con ocasión de qué, a qué hora y con qué motivo”.

En este sentido, continuó, “eran actuaciones muy complicadas por la virulencia y agresividad, incluso haciendo cadenas humanas, con el fin de impedir el acceso”, afirmó en referencia a las personas congregadas en los centros electorales. Respecto a los ciudadanos lesionados, “ignoro la cantidad”, destacó, pero “si algún ciudadano siente que sus derechos han sido conculcados o vulnerados puede perfectamente presentar la correspondiente denuncia”.

Trapote explicó que el dispositivo policial para el 1-O requería una “especial sensibilidad” porque había que “conjugar dos factores, por un lado garantizar la seguridad colectiva y, por otro, dar cumplimiento a un mandato judicial”. A su juicio, era una misión “bastante difícil y complicada” porque “teníamos las previsiones de que nos íbamos a encontrar bastantes dificultades”.

En este sentido, agregó que según la brigada de información de la policía iba a ser un dispositivo “complejo”, ya que a través de las “fuentes abiertas, como redes sociales y medios de comunicación”, los agentes comprobaron que “había un llamamiento del Govern y, sobre todo, de entidades de carácter independentista para que la gente acudiera de manera masiva para bloquear la entrada e impedir la actuación de las fuerzas de seguridad y que así el referéndum se llevase a cabo”. De modo que “siempre hemos contemplado que el día 1-O iba a ser un escenario complicado”, insistió.

A ello se suma, explicó, la postura del mayor de los mossos Josep Lluis Trapero quien era “reacio”, ya que antes del nombramiento del coordinador policial del dispositivo Diego Pérez de los Cobos, el mayor “ya había puesto objeciones” porque “no admitían que un responsable del ministerio del Interior fuese el responsable de este operativo”.

Así, según resaltó, “el fiscal superior le comentó al mayor que el plan de efectivos para el dispositivo era un servicio para unas elecciones normales, pero no para un dispositivo de la envergadura que requiere un referéndum que ha sido declarado ilegal”. A las posteriores reuniones, convocadas por el coordinador del dispositivo en la delegación del gobierno, “Trapero no asistió, sino el comisario coordinador territorial, Ferran López”.

EL DISPOSITIVO DE LOS MOSSOS UNA "UTOPÍA"

Sobre el dispositivo de los mossos, el testigo explicó que estaba “enfocado a salvaguardar la seguridad colectiva, con lo cual es imposible que pudieran hacer cualquier tipo de intervención dentro de un colegio”. A su juicio, era una “utopía” que “dos, tres o cuatro mossos” pudiesen acometer aquella actuación en cada centro.

Durante su declaración insistió en que, en principio, su labor era “auxiliar” a mossos porque “en teoría son el operador de seguridad que tiene prioridad para ejercer las competencias en materia de seguridad ciudadana en Cataluña”, sin embargo, añadió, en una de las instrucciones de fiscalía “nos dice el fiscal que tengamos las unidades de reserva necesarias para actuar motu propio por un hecho concreto”. Algo que además, según el testigo, no fue revocado por el auto del TSJC, “prioritariamente esta función la tenía que hacer policía autonómica”, insistió, pero “en ningún momento dice el auto que las instrucciones del fiscal quedasen derogadas, dice que cesaba su actuación, pero no que queden sin efecto y sin valor”.

De esta manera, relató que comprobaron que la labor de los mossos los días previos al 1-O “no era eficaz” porque “los centros estaban abiertos, en algunos casos ocupados, y en las vísperas habían sido utilizados para hacer actividades, incluso algunas personas habían pernoctado”. De la misma manera, detectaron la “inacción” de los mossos el 1-O ante “un gran número de personas concentradas en los colegios”. “No puedo cuantificar exactamente cuántos estaban abiertos”, pero “más de 2.200”, agregó.

Sobre este asunto el abogado de Junqueras y Romeva le cuestionó si se había dado órdenes a los agentes de la policía de “recabar información sobre lo que hacían los mossos”, Trapote explicó que “específicamente no, sino sobre todo lo que sucedía fuera del colegio”. Entre estas labores, anteriormente había explicado, se encontraba informar sobre “qué servicio de policía autonómica había en el exterior”.

Preguntado por el abogado de Forn por esta cuestión explicó que por parte de policía “se hicieron actuaciones en 52 centros: 27 en Barcelona, nueve en Girona, siete en Lleida, siete en Tarragona, uno en Hospitalet y uno en Sabadell”. Así que “llamo al coordinador a primera hora de la mañana”, en referencia al 1-O, “viendo que la policía autonómica estaba inactiva, empezamos a actuar”, pero “solo cuando constatamos que en los centros se estaba votando”, subrayó, así que después de hablar con el coordinador se “activa el plan B”, expresó.

Los equipos que entraban a los centros electorales “levantaban un acta de las dificultades que habían tenido al entrar, qué había pasado, si había habido agresiones, retirada de urnas, papeletas, equipos informáticos y en algunos centros se identificó a las personas que estaban custodiando las urnas”.

Además, un equipo de información en las inmediaciones recogía en un acta lo sucedido en el exterior y “todos los incidentes de la salida de los agentes, porque evidentemente si difícil era entrar más lo era salir” porque “estaban enrabietados y las reacciones eran más violentas, pero no podíamos consentir que nos rodearan”. En esta línea, reflejó que ante la actitud de los mossos “más bien pasiva” hubo “algunos enfrentamientos, refriegas o incidentes, que quedaron reflejados en las actas”, entre policía y mossos.

Sobre las personas concentradas en los centros electorales, Trapote indicó que “principalmente había una serie de individuos cuyo comportamiento era de una alta virulencia”. Todo esto, continuó, “estaba perfectamente organizado, esas actas se remitieron al TSJC, sabían cómo tenían que actuar, había llamamiento en redes sociales, cadenas humanas, se nos agredía, empujaba…”. Por este motivo, tuvieron que abortar una intervencion en el barrio de Horta, en la calle Campoamor, “porque si no las consecuencias hubieran sido graves tanto para los policías como para los ciudadanos que estaban allí concentrados”.

USO DE MATERIAL ANTIDISTURBIOS

Sobre esto, el letrado Jordi Pina, defensa de Sànchez, Turull y Rull, le preguntó si le constaba que el juzgado de instrucción número 7 de Barcelona esta investigando al mando operativo que intervino en ese colegio. “No le puedo concretar si es el mando o el jefe de equipo”, indicó, pero “le puedo decir que con respecto a algunas actuaciones hay 50 procedimientos abiertos para determinar si los policías que actuaron ese día conculcaron o vulneraron derechos de algunos ciudadanos”. Con esta finalidad, añadió, “se llevan investigaciones al respecto y des los 50 procedimientos en 17 se ha decretado el auto de sobreseimiento provisional y 4 sentencias absolutorias, el resto se encuentran en fase de instrucción”.

Respecto al uso de material antidisturbios, como pelotas de goma, Trapote indicó que su uso lo decide “el jefe de grupo si la situacion es complicada y lo requiere”, además “hay protocolos que determinan su uso”, subrayó. “Evidentemente a nivel interno y nivel judicial hay unos documentos que recogen la identificación de la persona que utiliza este material y en qué momento”. Además, Trapote resaltó que el uso de la fuerza el 1-O se empleó de manera "congruente, proporcional y racional", algo que se hizo"siempre, siempre, siempre", ya que "la policía no se dedica a golpear de una manera gratuita", concluyó

(SERVIMEDIA)
07 Mar 2019
ICG/gja