Las comunidades terapéuticas “mejoran sustancialmente” la vida de las personas adictas, según un estudio internacional

Madrid
SERVIMEDIA

Las personas que reciben tratamiento en una comunidad terapéutica experimentan “mejoras sustanciales” en su calidad de vida según se desprende de un estudio piloto liderado por Proyecto Hombre y la organización griega Kethea con la colaboración de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y cuyas conclusiones fueron presentadas este lunes en el marco de la 62 Sesión de la Comisión de Estupefacientes que se desarrolla esta semana en Viena.

Esta investigación “demuestra científicamente” la “respuesta positiva” al tratamiento que presentan estas personas y la “clara influencia positiva” de las comunidades terapéuticas que utilizan el modelo biopsicosocial para el abandono del uso de alcohol y drogas en la mejora de su estado de salud y de sus relaciones familiares y sociales, según informó Proyecto Hombre.

El trabajo subraya que las mujeres representan solo el 12% del total de personas atendidas y acuden más tarde a tratamiento por su “problemática” de género, por los “prejuicios” que existen hacia ellas como consumidoras de sustancias y debido a las mayores cargas familiares que soportan y que les “dificultan” el acceso al tratamiento.

En este estudio piloto, titulado 'Relación entre el historial familiar de consumo de sustancias, comorbilidad psiquiátrica, antecedentes de abusos emocionales, físicos o sexuales y la respuesta al tratamiento y sus resultados' y que se ha fijado como objetivo analizar la relación entre los abusos sufridos, la historia familiar y la severidad de la adicción a las drogas, participaron 202 personas en tratamiento de ambas organizaciones con una edad media de 37 años, siendo la edad mínima 19 y la máxima, 66 años.

Por lo que respecta a las sustancias consumidas, mientras que en España es mayoritario el consumo de cocaína (31,4%) y el alcohol (44,7%), entre los usuarios griegos predomina la heroína (56,84%) y el policonsumo (13,6% frente a un 3,8%).

En cuanto al perfil del usuario, la edad de inicio de consumo se sitúa en los 14 años en el caso del cannabis, en los 16 años en el caso del alcohol y en los 18 en el caso de consumidores de cocaína, heroína y el policonsumo y la media de consumo hasta el acceso al tratamiento supera los nueve años. Solo uno de cada cinco personas en tratamiento tiene delitos penales y la mayor parte (31%) solo tiene estudios primarios. Casi el 70% tiene empleo y el 68% nunca ha estado casado.

El 44,5% reconocieron haber padecido problemas de ansiedad o tensión, seguido de problemas en la comprensión, concentración o memoria (31%) y depresión (25%). Casi un 80% indicó no haber recibido tratamiento para sus problemas psicológicos y el 90% de la muestra no pasó por tratamientos previos.

Este estudio también aporta recomendaciones como que las personas en tratamiento necesitan entornos profesionales “inicialmente protegidos, de alta intensidad y que promuevan ensayos de resocialización tutelados, difícilmente abordables desde dispositivos de carácter ambulatorio”.

“Se requieren soluciones multi-terapéuticas y reeducativas que respondan a esta problemática multifactorial”, precisaron los investigadores, al tiempo que indicaron que las comunidades terapéuticas precisan disponer del “tiempo necesario”, entre siete y once meses, para desarrollar una propuesta metodológica “que provoque cambios reales y profundos en los pacientes en tratamiento”.

A juicio de los expertos es necesario “mejorar” las intervenciones preventivas para reducir la violencia y “reforzar los factores de protección familiar”. “Del mismo modo, es preciso concienciar a los padres y madres de las consecuencias futuras que el uso de alcohol u otras drogas puede tener sobre sus hijos y es importante reforzar la perspectiva de género en los programas de tratamiento”, concluyeron.

En el acto de presentación de este trabajo, la delegada del Plan Nacional Sobre Drogas, Azucena Martí, presentó las líneas prioritarias de la estrategia española para abordar la problemática de la drogadicción.

Martí abogó por la "coordinación" entre las comunidades terapéuticas y por la toma de decisiones en este ámbito "en base a evidencias científicas" y defendió que la colaboración con la sociedad civil resulta "fundamental".

(SERVIMEDIA)
18 Mar 2019
MJR/gja