Juicio Proces

Tres guardias civiles niegan haber visto golpes a los manifestantes, aunque hay vídeos de la actuación de su unidad

- Los agentes denunciaron lesiones producidas por un cabezazo, una patada y un puñetazo

- La doctora a la que acudieron se negó a atenderlos en un primer momento y tuvo que ser amonestada por su superior

MADRID
SERVIMEDIA

Tres de los guardias civiles que intervinieron en el ‘Casal de les Cotxeres’ de Dosrius el 1-O negaron este jueves durante su declaración ante el tribunal que juzga el 'procés' haber visto golpes a los manifestantes, a pesar de la existencia de vídeos que reflejan la actuación y el uso de la fuerza por parte de su unidad.

El primer agente en testificar este jueves aseguró que los concentrados en el ‘Casal de les Cotxeres’ de Dosrius el 1-O se mostraban “violentos y alterados”, mientras estaban sentados y entrelazados “bloqueando la puerta”. Durante toda la intervención, explicó, les grabaron con teléfonos móviles y les insultaron. Llegando incluso, apuntó, a recibir “una patada en la espinilla” por la que acudió a un centro sanitario. A pesar de esto, subrayó, los agentes de la Guardia Civil no emplearon “ningún tipo de violencia” frente a la “resistencia” de los manifestantes. Además, a la salida de la comitiva las personas concentradas les siguieron “gritando y golpeando los coches”.

Ante las preguntas de las defensas, el testigo afirmó que “nadie golpeó a nadie”, así descartó que algún agente golpease a una señora que llevaba muletas y a un hombre al que le arrancaron la camisa. Sin embargo, ante la insistencia de Pina, el agente aclaró que no vio nada de eso entre “los agentes que estaban a mi alrededor”, aunque, añadió: “Que haya podido suceder no lo sé”. Sobre los vídeos de la intervención policial, en los que según las defensas se ven los golpes a los manifestantes, rechazó haberlos visto porque “lo viví”.

En cuanto al papel del binomio de mossos en aquel centro de votación, el testigo explicó que desconocía si el mando de la Guardia Civil habló con ellos, pero su percepción, apuntó, es que “permanecieron al margen de forma pasiva”.

Un segundo agente que también intervino en el colegio Casal de les Cotxerès de Dosrius (Barcelona) relató que recibió un cabezazo en la ceja del que fue asistido por una doctora que, según su versión, “no quiso valorarnos mucho”. El parte médico de este agente tuvo que ser corregido a posteriori.

Relató que al llegar al colegio y encontrarse con gente concentrada “íbamos pidiéndoles por favor que se fuesen apartando, pero no se apartaban y como pudimos íbamos abriendo un pasillo para que pasara la comitiva”. La unidad fue recibida con gritos e insultos. Según explicó, su unidad “llevó alguna cámara de grabación” aunque no tuvo conocimiento de si se usaron. “En ese momento de estrés hay muchos factores y no sale todo perfecto”, dijo para justificar la ausencia de grabaciones.

La actuación duró “unos 20 minutos” y al terminar “tuvimos que salir corriendo. Nos siguieron, pero no vi a la gente golpear los vehículos”. Poco después, a preguntas de Andreu Van den Eynde, el agente insistió en que corrieron “lo máximo” que podían.

El letrado preguntó si recordaba que los gritos empezaron después de que “una señora cayera después de que la golpeara, “no”, respondió. También dijo no recordar recordar que un hombre con la camisa rota que recibiera varios porrazos, a un joven al que persiguiirían para quitarle un móvil, la detención de un hombre que empujado contra una furgoneta o a otro al que durante su detención se le habrían caído los pantalones.

El último agente en testificar, antes del receso, fue otro de los guardias civiles que intervino en Dosrius. Llegaron sobre las diez de la mañana “sin equipar” porque “en principio iba a ser todo pacífico”. “No nos esperábamos lo que ocurrió”. Cuando intentaron entrar, relató, recibieron “puñetazos y empujones”, en concreto, él “un puñetazo en la boca” por el que fue atendido en un centro médico. “Estuve tres días sin morder con normalidad”.

A preguntas de las defensas, explicó que le dijo a la doctora que su hinchazón en la cara había sido producto de la agresión. “La doctora en primera instancia no nos quiso atender, de hecho se reflejó en unas diligencias”, posteriormente llamaron al director del centro y finalmente fue atendido.

Además, explicó que durante todo el dispositivo llevaba una cámara en el pecho, tras ser preguntado por el motivo por el que no constan esas imágenes en la causa, el testigo apuntó que “muchas de estas grabaciones no se ven”, aunque no fue él quien realizó el volcado de las imágenes.

Sobre el uso de la fuerza por parte de su unidad, reconoció que él fue uno de los que retiro a gente de la puerta, aunque afirmó que no recordaba haber visto a un hombre al que le rompieron la camisa como tampoco la reacción de algunos compañeros ante los intentos de algún manifestante de quitarles las cámaras.

(SERVIMEDIA)
04 Abr 2019
ICG/SGR/gja